María Antonia Iglesias, Fernando Garea, Carmen Rigalt, Isabel San Sebastián, Melchor Miralles, Joaquín Estefanía, Eduardo San Martín, Charo Zarzalejos, Victoria Prego, Magis Iglesias, Juan Pedro Valentín, Ignacio Camacho, Miguel Ángel Rodríguez y Pilar Cernuda. Son sólo algunos de los periodistas que todos los días vemos pontificando en las tertulias de televisión.
Plumas respetadas del panorama periodístico, la mayoría directores de medios o miembros de las redacciones más destacadas. Están en todas partes. Encendemos el televisor y ahí están, escuchamos la Radio y ahí están, abros un periódico y también los encontramos. Son los tertulianos, una nueva raza de periodistas que opinan de todo y de todos, aunque muchas veces no tengan mucha idea de los temas de los que disertan.
Columnas de opinión, programas de Radio y tertulias de televisión. Muchos de ellos hacen triplete. No hay programa de entreteniento/información que se precie de tal, que no cuente con un buen número de ellos: La Noria, Está Pasando, Los Desayunos, El Programa de AR, Espejo Público, La Mirada Crítica. Precisamente los mismos programas que para Urbaneja no son información. Cuestión de opiniones.
Un género periodístico que ha ido ‘in crescendo' ya que prero fue refugio de veteranos periodistas retirados de la prera línea informativa, luego fue abriendo paso a jefes de redacción que iban enviados sus medios para hacer un poco de publicidad sublinal de sus diarios y ahora ya van incluso sus directores, la mayoría desfilando largas horas los más diversos platós.
¿Qué atan? Pues la verdad no mucho. Opiniones que no distan demasiado de los análisis que se hacen en las redacciones y comentarios de actualidad que se podrían hacer en un grupo de amigos. Los tertulianos ‘periodísticos' le han dado una vuelta a los tertulianos de la prensa rosa. Evidentemente su calidad es mayor, pero su filosofía es muy silar: opinar, opinar y opinar, convirtiendo el medio en el mensaje, como nos enseñaba el bueno de McLuhan.
Seguiremos Informando…