Un hombre que nada en bolas en una ciudad se antepone a la crisis financiera en los informativos. Hoy, todo el mundo habla de Gerardo. Seguramente, aunque de ascendencia hispana, no sabe de nosotros de la misa, la mitad, pero vean ustedes, queridos lectores, cómo salta uno a la palestra, a la fama efímera que damos los llamados mass media. Solamente, o splemente, aparecer desnudo ante los medios buscando a Wally, (me agino, que solamente lo recordaran los de mi época). Pero hoy, en el siglo del iPod Nano, en el momento Plasma, en la era de las comunicaciones móvil, todo empieza o acaba si se llama uno Gerardo. Ser famoso siendo Mari Trini, al menos tenía algo…
Si en una semana trágica, considerada muchos histórica, tuviésemos tiempo de saber qué siente un ciudadano al buscar una bolsa que se le ha caído al agua, quizás, no tendríamos que preguntarle al que dice ser Zapatero, cómo, su amigo Solbes, y la de los pelos tiesos, pretenden llevarse esta vez el gato al agua.
En los mentideros de la prensa, solamente, se habla de la palabra crisis. Con crisis me acuesto y con crisis me levanto, cuando, hace no más de cinco meses, todo era halagüeño y no se hablaba de Bolsas, ya fuera la de Gerardo, o la otra.
Predecir en el oráculo de los Dioses un atisbo de coherencia, para los que presumiblemente entienden qué pasa en este país, sería lo mismo que intentar alcanzar la meta de la compleja desgracia que algunos ya conocen; a saber, entender que el fondo de 30000 millones será la solución, es creer que tenemos pan para hoy y hambre para mañana. Mientras tanto el FMI asegura una contracción de un 0.2 % para la economía del pesoe. Al otro lado del charco, Mac Cain, el hombre con apellido de patatas fritas y Barack, el candidato ‘negro' como lo califican ellos, se tiran los trastos a la cabeza a menos de un mes de las elecciones presidenciales. Atrás quedaron los globos blancos, azules o rojos, esos que procionaba vivir en la prera potencia mundial. A Bush, el hombre que colecciona arbustos para esconderse del planeta, quizás le quede poco, como poco le va a quedar a la polución que ya está siendo trasladada a Google. Lo que no encuentre este metabuscador, olvídese. Le preguntaremos a Google, ¿a dónde vamos?, ¿de dónde venos? y ¿quiénes somos?, que este país, señores, no lo conoce, ni la madre que lo parió. Si usted se llama Gerardo abre un informativo, pero si obtiene un Nóbel en Química será un triste desconocido. De ahí que Gran Hermano lleve ya diez ediciones, gire en nuestro país la ‘Noria' y sigamos presos de un ‘tomate' que no sabemos ni a qué sabe ya.
El acabose, raya en el molde de la princesa Letizia, que estar a la altura de las circunstancias, cambiará de look en el Museo de Cera. Menos mal, que esta aplicación Real de la vida artificial, no se hace con el resto de las damas y caballeros del lugar adonde apunta Colón, que Coración Dermoestética tendría que poner una delegación de lo que pudo haber sido y no fue. En cualquier caso, si es usted Gerardo o llega a ser El Pocero, siempre tendrá un hueco habilitado en este país de charanga y pandereta. Eso se lo aseguro.
Ya no nos pondremos un Lois, ni un Caroche ni un Carrón. Los tejanos tendrán que ser de Bush que ha quebrado una empresa española que fabricaba pantalones para chicosvaca, cowboys, para los amigos. Menos mal que aún nos quedan Popeye y el Inspector Gadget en los móviles. Mientras no reinventen a Marco…Gerardo seguirá siendo un titular y la caída de la Bolsa, será inevitable.
ANA DE LUIS OTERO, DIRECTORA '¿QUÉ DICEN?'