En el ámbito de actividades de Public Affairs en Bruselas, y en cualquier otra ciudad europea, Pleon siempre ha cumplido con el principio de la transparencia. En los acercamientos que realizamos a políticos o autoridades para representar los intereses de nuestros clientes, damos a conocer el nombre de nuestro cliente, ya que ésta es una de las reglas básicas que tenemos en Pleon. Cualquier reunión en la que no se procionase el nombre del cliente sería absolutamente abstracta y sin sentido. En la sociedad actual, de medios interconectados y poderosas ONGs, el comtamiento de los políticos se observa muy estrechamente. Por eso, la representación de intereses tiene que ser totalmente transparente. Transparencia en pensamiento y acción es una de las reglas de oro en las actividades de Public Affairs profesionales y sostenibles.
Pleon está a favor de las iniciativas que apoyan propuestas modernas, profesionales y transparentes para el lobbying y actividades de Public Affairs. Sin embargo, el hecho de que hasta octubre sólo se hayan apuntado 400 organizaciones en el registro de la Comisión de los 15.000 lobbistas que se esta que hay en Bruselas demuestra que existe cierta confusión y dudas sobre este registro. No existe una definición clara sobre qué se engloba en las actividades de lobbying directo. La obligación de que los consultores deban hacer públicos los ingresos que reciben de sus clientes puede originar problemas legales en otros contextos como, ejemplo, en el ámbito de la ley contractual o el Acta Sarbanes Oxley en Estados Unidos. Por eso, en estos momentos Pleon está analizando estas cuestiones antes de llegar a una conclusión sobre cuándo y si debe apuntarse en el registro de la Comisión. Otro aspecto a tener muy en cuenta es el apartado de cómo se tratan las actividades de lobbying de bufetes internacionales de abogados. ¿Dónde se traza la línea divisoria entre asesoramiento legal y representación de intereses? La mayoría de las actividades de lobbying están encaminadas a influir en legislaciones y regulaciones, independientemente de si este lobbying lo hacen empresas, asociaciones, ONGs, bufetes de abogados o consultores.
Al final, las Public Affairs son un mercado de opiniones, regulado factores como reputación, confianza y credibilidad. Quizás se pueda convencer una vez a un político de que defienda una posición basada en supuestos erróneos. Pero esa prera vez sería también la últa. En cuanto el político descubriese que le has utilizado como un instrumento, perderás toda tu reputación y jamás volverás a recuperar su confianza o tener un nuevo encuentro con él.
Peter Lochbihler, Director de Public Affairs de Pleon
To Sieg, CEO de Pleon en Europa