ING vuelve a estar en el ojo del huracán informativo, y para su desgracia no es las victorias del Renault de Fernando Alonso. Su caída del 27% el pasado vies en la bolsa de Amsterdam y la posterior inyección de capital parte del gobierno holandés ha provocado inquietud entre los más de 1,8 millones clientes del banco en nuestro país. Esta es la segunda situación de alerta que sufre la entidad en apenas dos años.
ING mueve ficha. Tras una semana convulsa, la entidad bancaria ha tenido que salir al paso de las especulaciones, al igual que ya hiciera en junio de 2.006, cuando la crisis de Forum y Afinsa amenazaba la reputación de la compañía y su modelo de negocio: entonces, la entidad reaccionó a través de grp's en una campaña de posicionamiento que pretendía tranquilizar a los ahorradores españoles. Además, para tangibilizar su modelo de negocio, comenzó una serie de aperturas de oficinas en las principales ciudades españolas, una estrategia hasta entonces sólo utilizada en nuestro país, y que también fue apoyada una gran campaña, cuyo cla era más que llamativo (‘si necesitabas tocarnos ya puedes hacerlo').
Dos años después, y ante la incertidumbre generada en el mercado pérdidas millonarias y repuntes astronómicos, desde Ketchum (agencia del banco naranja desde 2.003) se ha puesto en marcha un plan de transparencia vertebrado sobre la figura de César GonzálezBueno, director general de la compañía, a quien se ha visto estos últos días en prácticamente todas las cadenas de ámbito nacional, así como radios y diarios. ¿El Mensaje? ING es una entidad solvente, a la que la atación estatal hace aún más fuerte, dando así carpetazo a las especulaciones.
Así mismo, a la figura del tavoz se le ha sumado una nota pública emitida a través del canal de comunicación más poderoso de la firma (www.ingdirect.es), titulada ‘¿En qué me afecta como cliente? Para usted son buenas noticias', en la que se explica lo sucedido y su incidencia en el funcionamiento de sus servicios que habitualmente utilizan a sus depositarios.
Habrá que ver si, al igual que en 2.006, los ahorradores vuelven a sentarse en el banco naranja.
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