Se puede decir que los pasos de peatones más señalizados suelen ser los más seguros y los que menos atropellos de peatones registran. Sin embargo, esta premisa no se cumple en la totalidad de los casos ya que hay que tener en cuenta una serie de ajustes: que buena parte de las personas pueda cruzar con seguridad y que los vehículos tengan que esperar el menor tiempo posible. La forma en la que se informa al peatón sobre si debe cruzar o no es determinante a la hora de calificar la señalización de los pasos de cebra.
Aquí es donde surge la mayor problemática. El semáforo en verde tiene que durar lo suficiente para que los peatones crucen el paso de cebra sin problemas. Además, el tiempo en el que esté en rojo también debe ser corto para evitar que las personas tengan conductas peligrosas. En definitiva, el peatón debe ser consciente de cuándo se permite iniciar el cruce y de si se tiene que abandonar el paso.
El EuroTEST en el que ha participado RACE muestra algunos ejemplos. Roma es la única ciudad que tiene en todas partes semáforos con tres colores (verde, ámbar y rojo). Sólo en algunos pasos de peatones de Zúrich se ha adoptado la misma solución, en tanto que todas las demás ciudades han elegido la opción de los dos colores (verde y rojo). El estudio revela que la alternancia entre las diferentes luces causa más confusión entre los peatones europeos. De hecho, el intervalo de transición entre la luz verde y la roja puede realizarse, al menos, según 4 modelos distintos. Mientras que en Londres, las personas sabe cuando cruzar mediante una fase en la que todas las luces se desactivan durante el intervalo existente entre la luz verde y la roja, en Berlín, Liubliana, Múnich, París y Zagreb no existe dicha transición: la luz verde va seguida inmediatamente de la roja. Sin embargo, en estos casos, los peatones que ya han comenzado a cruzar se encuentran a salvo gracias a la fase ‘todo en rojo', que no da pié a que los vehículos circulen el paso de peatones.
La solución preferida la podemos encontrar en Barcelona, Bruselas, Oslo, París o Madrid, donde hay una breve fase de luz verde intermitente para posteriormente pasar a rojo. En este caso los peatones tienen la otunidad de cruzar con seguridad y además, evita que comiencen a pasar si está en verde intermitente.
Una de las situaciones más criticadas podemos encontrarla en Roma y Zúrich, donde una luz indica que se puede cruzar. Sin embargo, los peatones tienen que cruzar de una a otra acerca a una velocidad de 1 metro segundo. Otro hecho más que curioso lo encontramos en Noruega, Suecia y Reino Unido, donde los semáforos advierten a los peatones que no deben cruzar en rojo. Sin embargo, no se les pone una prohibición obligatoria, tal y como demanda los reglamentos de tráfico en el resto de países de Europa. En definitiva, en estos países se les permite cruzar en rojo siempre y cuando se cercioren de que no hay peligro. Un hecho que puede llevar a conductas erróneas parte de los peatones y que lo deja a elección de la persona. Algo silar sucede con los semáforos que tiene cuenta atrás. El peatón debe valorar si debe comenzar a cruzar o si debe esperar. Este dispositivo lo encontramos especialmente en Copenhague y Liubliana.
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