Los duelos con pan son menos, y el dinero todo lo arregla. Europa presentó ayer, ¡ fin¡, el plan para atajar la crisis. Costará 200.000 millones de euros, el 1,2 del PIB de la Unión Europea. En cristiano, se trata de más gasto público, inversiones en infraestructuras, rebajas fiscales y estímulos al consumo. El presidente de la Comisión Europea, el tugués Barroso, lo ha presentado como la única alternativa para salir del lío en que nos han metido los puñeteros bancos de uno y otro lado del Atlántico.
El 70% del dinero lo pondrán los países miembros, y el 30% restante el Banco Europeo de Inversiones y la propia Unión Europea a través de su presupuesto. Bruselas se ha puesto las pilas ante el pánico que puede desatar una recesión en Europa, de previsibles consecuencias políticas y sociales.
Los líderes europeos tienen que ratificar este plan los días 11 y 12 de diciembre. Quedan cuestiones pendientes, como la rebaja del IVA, que se deja a la libertad de cada país, ya que Gran Bretaña ha bajado el IVA un 2,5% y Alemania no quiere ni oír hablar del tema. Cada país es un mundo y Dios sabe que es lo que le conviene a cada uno. En lo que sí hay consenso es en que Europa no se puede permitir un estallido social, provocado un paro galopante.
La Unión Europea hará la vista gorda para que los países europeos puedan rebasar un déficit público del 3% del PIB hasta el año 2010. Lo que es lo mismo, se deja de cumplir el famoso Pacto de Estabilidad que exigía a los países controlar sus cuentas públicas. Pero, cuidado, el agujero no puede ir más allá de dos años.
Bruselas tiene muy claro que hay que reactivar el consumo, ayudar a las pymes y socorrer a la industria, especialmente al automóvil. El sector de automoción recibirá 5.000 millones de euros para diseñar coches ecológicos y eficientes. Ayudar al automóvil es clave, da empleo a varios millones de personas en toda Europa.
Elena Espinosa, la ministra pastora. La titular de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, antes Agricultura y Pesca, tiene ocurrencias frente a la crisis. La últa es crear una escuela de pastores para reactivar la economía, actividad que deber ser compatible'con actividades normales', exactamente así lo dijo. Se lo comunicó a un foro de empresarios agrarios y ganaderos, que acogieron la medida con gran regocijo. Por lo visto pastorear ovejas y vacas no es una actividad normal. Medidas como ésta son de agradecer, saldremos antes de la crisis. Seguro.
MIGUEL CIFUENTES
PERIODISTA