En momentos de crisis gobiernos de gran coalición, hoy en voz baja, en meses será en voz alta. Parece tonto, hay elecciones en perspectiva, corrupción en prera página, ladrillazos. Si estamos en estado de excepción, debería haber Gobierno de coalición en España. Pensemos es una semana, o en unos meses, el tiempo no perdona, y la coyuntura da datos cada vez más duros. En Alemania existe y bien que les viene, aunque haya ditido un ministro hace unas horas.
Sucedió que no pudieron formar gobierno monocolor, tras elecciones reñidas, no hubo más salida que la gran coalición. Ahora están todos a una y en la misma dirección. Los alemanes vivieron una guerra y una postguerra durísa, tienen en el inconsciente que cuando un país lo necesita hay que remar en una dirección, han estado creando empleo hasta hace poco, y tienen procionalmente (son 90 millones de alemanes) la mitad del paro que nosotros. Vuelvo a citar, como hace días, a Jurgen Dongues, famoso economista de Colonia, asesor del gobierno germano: "Alemania tira para adelante, lo hará". ¿Y nosotros? ,¿qué economía somos?.
En Alemania mandan dos partidos, pero están de acuerdo en lo tante, van a salvar sus sectores claves, hay que salvar la extación, que es su prera industria, se rompen la cabeza no despedir a nadie, se hace lo posible salvar empleo, congelar, bajar sueldos, Merkel quiere hacer todo lo posible, y lo posible, aunque la han criticado mucho inacción.
Aquí el panorama es partidario, cada uno su lado, las autonomías a lo suyo. ¿Qué hay de lo mío? es la frase excelencia española. Un escándalo, reparto de culpas, que los banqueros no cumplen, ahora algo más, que el Gobierno no acierta, que la oposición juega al desgaste, que los ministros van libre, que el PSOE va a su aire, que se contradicen, que inventan soluciones sobre la marcha.
Hace unos días oí un comentario de dos grandes empresarios en el Círculo de Bellas Artes de Madrid: un gobierno de coalición, que se lo planteen, basta de bronca. Y queremos ministros con currículo de 10 o de 11. No tenemos ya a Fuentes Quintana, que está en el cielo, ¡busquemos uno¡ Solbes es un muy buen funcionario. Y punto.
MIGUEL CIFUENTES
PERIODISTA