Esta pregunta se la hace mucha gente, los trabajadores y los autónomos, que son los más golpeados la situación económica. El anterior secretario general de CC.OO, José María Fidalgo, dijo hace unos meses: "no nos pueden pedir milagros, arraremos el hombro lo que podamos y exigiremos que se proteja a los débiles". Meses después se confirma todo, no hay soluciones claras y los sindicatos pueden hacer poco, como se está viendo. Además, están preocupados de que surjan movientos de izquierda anticapitalista, dispuestos a todo, violencia incluida, cuando el ejército de parados sea insotable.
Quizás, se espera demasiado de unos sindicatos que tienen más protagonismo que fuerza real, en un país de escasa tradición sindical. Están sentados en las mesas de diálogo social con el Gobierno y la patronal, de donde no salen grandes soluciones para los 3,5 millones de parados que ya tenemos. Lo cierto es que los sindicatos lo tienen difícil, se van a ver obligados a aceptar salarios congelados a cambio de no despedir, como se ha visto en SEAT, además de asegurarse de que las medidas de protección social del Gobierno sean suficientes, y lleguen a todos los que lo necesitan. Si hacen esto ya han hecho mucho, aún siendo tan débiles.
Precisamente de debilidad sindical habla un reciente informe del Círculo de Empresarios, asociación de empresarios de élite, en el que deslegita a los sindicatos su falta de representatividad. El informe del Círculo, presidido Claudio Boada, dice que las centrales sindicales fijan los salarios del 90% de los trabajadores, a pesar de contar solo con un 15% de afiliados. Hay 11,5 millones de personas, entre autónomos, parados y trabajadores en busca de prer empleo que no tienen representación sindical. En cambio el 25% de los trabajadores alemanes están afiliados, y más del 30% de los británicos. El informe del Círculo también deslegita a las patronales. Afirma que no representan ni a las pymes ni a los autónomos, que suman más del 80% del tejido empresarial español. El informe termina planteando un modelo laboral con un contrato nuevo y despidos de 20 días de indemnización año trabajado para todos los trabajadores, y un fondo con ataciones empresariales para financiar los despidos.
PD) No sé si quieren liquidar el modelo de diálogo social vigente con CEOE y UGT y CC.OO, ir a convenios de empresa y liquidar los sectoriales, abaratar costes para los empresarios o las dos cosas. Parece que olvidan que una democracia sin interlocutores sociales está desvertebrada y corre serios peligros, y más vale los que tenemos que ninguno.
Miguel Cifuentes, periodista