19/05/09 VENEZUELA 11.097 SUSCRIPTORES Las últas amenazas de Chávez al canal privado Globovisión han abierto la llaga entre Estado y oposición. Durante esta semana no han parado las comparecencias de quienes defienden la posición de Chávez, como la Defensora del Pueblo; así de quienes califican el acto de ‘anticonstitucional' y llaman a protestas de calle con el fin de manifestar su repulsa hacia el ataque a la libertad de expresión que el cierre del canal privado supondría.
El pasado domingo, 10 de mayo, el presidente de Venezuela prometía su propio nombre que ‘ese loco con cañón' refiriéndose al director del canal privado, Alberto Federico Ravell, debía acabar. Este acto supondría el cierre del único canal privado del país, y tanto un ataque contra la pluralidad y el rigor informativo del país, cuya información quedaría 100% en manos del sector público.
Durante esta semana, defensores y detractores de esta medida han querido expresarse en diferentes medios. La Defensora del Pueblo de Venezuela, Gabriela Ramírez, compadecía ayer ante los medios y afirmaba que ‘hay que revisar y quitar las concesiones a aquellos medios cuya política editorial perjudique al estado y generen zozobra'. Ramírez considera normal que el estado quite o no renueve la concesión medios que se considere que no lo hayan hecho bien. Asismo, la defensora del pueblo explicó que en este momento se confrontan dos derechos: el derecho del pueblo a estar informado y el derecho a la libertad de expresión'.
En la misma línea se manifestaba el especialista en Análisis del Discurso, Arlenín Aguillón, para quien el canal es ‘un problema de salud pública para los venezolanos'. Asismo hizo aclaró que actualmente el Consejo Nacional de Comunicadores está recolectado firmas para apoyar el procediento administrativo que adelanta la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (CONATEL) a Globovisión.
Por otro lado, se encuentran los grupos organizados de periodistas, ciudadanos e instituciones que tildan el acto de atentar contra la Constitución y contra el derecho a la información. En este sentido, el alcalde metropolitano, Antonio Ledezma ha criticado lo ocurrido durante la protesta desarrollada trabajadores de la Alcaldía Mayor en las inmediaciones de CONATEL, la cual fue disuelta Policías Armados Metropolitanos Armados. Ledezma expresó su preocupación lo que considera que las amenazas no son solo ya contra Globovisión ‘sino que se disparan ráfagas contra emisoras de Radio, estaciones de TV y medios presos'.
Asismo, el presidente del partido de la oposición Alianza Bravo Pueblo, Oscar Pérez ha convocado salir a las calles el próxo miércoles con la Constitución en la mano para defender a Globovisión o a cualquier otro medio privado amenazado el Gobierno. Pérez recordó que la libertad de expresión está consagrada en los artículos 57 y 58 de la Constitución, así como en el artículo 13 del Pacto de San José y la Declaración de Principios sobre la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Según afirmó Pérez, entre las acciones que tomará la oposición es designar ‘varias comisiones que saldrán hacia la Organización de Estados Americanos (OEA), la Organización de las Naciones Unidas (ONU), hacia gobiernos de países amigos, hacia instituciones a todo lo largo y ancho del hemisferio y del mundo a denunciar a lo que está pasando en el país'.
De la misma manera, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha expresado su preocupación la situación de la libertad de expresión en Venezuela, y a través de un informe suscrito la redactora Catalina Botero, ha criticado que en el país haya más restricciones para poder ejercer esta garantía.
Por su parte, el director del canal privado, Alberto Federico Ravell afirmaba recientemente en una entrevista en CNN que Globovisión no posee contactos con militares, ni es medio terrorista, ni está llamado a una rebelión, como acusó el presidente. Ravell, añadió que ‘este es gobierno autoritario que quiere poner la línea editorial de los medios libres e independientes. Nuestro línea editorial no está en venta', apostilló Ravell.
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