Ha salido la puerta grande. Le ha tomado las medidas y sabe que de esta se salva, o al menos es lo que le dicen sus asesores. La pena es que los asesores, como los 6.000 hijos de Sapatero (le llamo así que los que han venido al país de acogida, así le llaman), sirven más bien de poco o nada. Los asesores cercanos de oreja cuentan lo que el jefe quiere escuchar, eso pagan a otros de fuera que se atreva. Porque, si no, de qué iba a gobernar Chávez en Venezuela, o Ebrio, o Lionell… Pero, volvamos a la sastrería. Francisco Enrique Camps Ortiz se mira al espejo y se encuentra la otra cara de la moneda de la memoria histórica, el reflejo le hace hincharse. Sabe que el problema no es de unos trajes, es de una nueva forma de ver la política, esperemos que en el PSOE también se den cuenta y comience la danza de los barones y el baile de los trincones y la muñeira de villa PSOE… O, empezando Toledo (lo dice Cayo Lara de IU menuda cita)…
El Caso Gürtel y su derivación en el Caso Sastrería tiene que aclararse, como lo tienen que hacer los escándalos en Parla, Pinto, Fuenlabrada, Getafe, Barcelona, Lérida, Gerona, La Coruña, Lugo, Orense y Pontevedra… seguro que sabéis la lista hasta llegar a las Canarias.
La etiqueta es algo que no hay que perder, y serán los señores de negro con puñetas, los que tendrán que poner a cada uno en su sitio. Si comienza el baile, como prera medida, Sapatero debería empezar a construir cárceles nuevas, lo que debería poner un canon a Telefónica para que los internos puedan estar a gusto y confortablemente. Al final alguien lo tiene que pagar, esto es como lo de la televisión privatizada con más de 200 millones de euros que paga una empresa privada para luciento del nuevo g de Sapatero.
¡El espejo, el espejo!… jajajajajajajaja