Lo publica la revista ‘Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine’. Los resultados muestran que cada cuatro horas que los padres pasaban en presencia del sonido de la televisión, éstos hablaban menos palabras y los bebés eran menos propensos a realizar vocalizaciones como respuesta ante ellas.
Los investigadores, dirigidos Ditri A. Christakis, tomaron como elementos de estudio a 329 niños con una edad comprendida entre dos y 48 meses y cuyas ropas contenían dispositivos digitales en días aleatorios durante al menos 24 meses para grabar todo lo que escuchaban o decían.
Los resultados mostraron que cada hora de exposición a la televisión se asociaba con una disminución de 770 palabras (un 7%), que oía el niño de un adulto durante una sesión de grabación. Las horas de televisión también se asociaron con una disminución en el número y longitud de las vocalizaciones de los niños y en el número de conversaciones entre niños y adultos.