En plena crisis no faltan los escándalos. Lo increíble es lo de SOS, una empresa puntera de alentación, líder mundial del aceite de oliva con Koipe y Carbonell, que ha cesado a sus gestores y principales accionistas, los hermanos Salazar, Jesús y Jae, y va a llevarlos a los tribunales. Incluso los bancos amenazan con embargar el patronio de la familia, entre otras cosas el Hotel Velázquez de Madrid. De momento los hermanos siguen como accionistas minoritarios, con un 25%. ¿Hasta cuándo?
Entrevisté varias veces al que fue presidente y artífice del grupo SOS, Jesús Salazar, y jamás pensé que terminara así, me recordaba a Ruiz Mateos en su ambición y maneras de vendedor. Decía que España era una potencia alentaria y no sabía sacarle partido. Ahora el mito se ha venido abajo.
Jesús Salazar, economista audaz, hijo de un empresario vasco emigrado a México, tiene mérito, pero acabará mal. Las cuatro cajas de ahorro andaluzas, y Caja Madrid, que son accionistas referentes de SOS, le cesaron el 30 de abril y se han hecho con el control de la empresa, poniendo un nuevo gestor al frente Salazar había creado de la nada este grupo en apenas 20 años con su hermano Jae. Entró en la alentación seca, compró la arrocera SOS, luego Cuétara, la famosa marca de galletas, y los aceites Koipe y Carbonell. Su últo éxito fue la adquisición de Carapelli, famosa marca de aceite italiana, para entrar en Estados Unidos, prer mercado mundial. Hasta ahí todo iba como un tiro, pero la gestión dentro tenía gato encerrado.
SOS salió a Bolsa, había crecido mucho, se había endeudado más de la cuenta para adquirir Carapelli, vendió Cuétara para financiar la expansión, pero les ha pillado la crisis y… los Salazar no contaban todo lo que hacían con el dinero de la caja. Otro mal ejemplo de los muchos que hemos vivido en España.
SOS les exige ahora la devolución de 200 millones que transfirieron a una empresa familiar, y haber dispuesto de otros 25 millones sin conociento de los órganos de gobierno de la firma. En términos legales eso se llama apropiación indebida, administración negligente y otras cosas.
PD) En cuanto pasen las elecciones europeas, rumores insistentes dicen que ZP se va a meter en persona en la reforma laboral y el diálogo social, estancado hace un año. Dios nos coja confesados. ZP es un audaz, que puede acabar arreglando el mercado de trabajo con alguna ocurrencia, siempre con dinero público, claro. Lo del contrato fijo danés no se lo han explicado, a lo mejor se entera ahora. Fijo y flexible, ¿entiende Vd? Está inventado.
MIGUEL CIFUENTES, PERIODISTA