El sistema informático de Renfe para comprar billetes Intet funciona mal, y lo reconocen los propios trabajadores de la empresa. La compra de billetes no da problemas. La tortura empieza si hay que realizar un cambio de hora, de día o una sple anulación. El sistema pide teclear el localizador, pero en vez de mostrar el billete como hace cualquier compañía de aviación, pide la estación origen, la estación destino y el correo electrónico donde se ha recibido la confirmación de la compra. Y así cada vez que inicias la operación. Yo lo hice más de 30 veces para cambiar un billete, y siempre me decía que no reconocía haberlo vendido.
Los trabajadores que atienden teléfono los temas de Intet no pueden solucionarlos. Están para decirte que lo teclees todo bien. Las modificaciones de billetes solo puede realizarlas el mismo comprador y Intet. La única alternativa es realizarlo personalmente en una oficina de RENFE, pero no en todas. La señorita de la ventanilla de Nuevos Ministerios no pudo solucionarme el problema, tras intentarlo varias veces a lo largo de una hora. El sistema no la dejaba. Sus compañeras me reconocieron que el sistema funcionaba mal, que siempre las pasaba lo mismo, y que yo tenía toda la razón con mis quejas.
¿Cómo compro billetes de RENFE para que esto no suceda? las pregunté. Pues la única forma es ir directamente a la estación a comprarlos, o a recogerlos si se han reservado teléfono. “No compre ni Intet ni teléfono, que para hacer devoluciones o cambios hay que hacerlo el mismo sistema, y puede bloquearse como sucede casi siempre”, me aconsejaron. En este caso, la única forma es acudir a la estación de Atocha o de Chamartín, únicas en las que se pueden hacer cambios de forma manual (lo siento, pero no pregunté otras ciudades). En la era de Intet, RENFE vive en la edad de piedra (los Picapiedra sí tenían teléfono). Quizás pongan un buen sistema cuando tengan competidores, que será en unos tres años.
SUSANA BLÁZQUEZ, PERIODISTA