En la Tierra a miércoles, noviembre 6, 2024

¿PUEDE SER NOCIVO EL MP3?

Todos los días vemos la calle adolescentes escuchando música con auriculares en los oídos, muchas veces a un volumen atronador y que nosotros mismos percibos claramente a dos metros de distancia.  Es el MP3, que tiene ventajas e inconvenientes.

Lo prero que salta a la vista no es sólo la inconsciencia de muchos adolescentes que llevan la música tan alta que parecen estar buscando una sordera en un futuro cercano. Además de esto, hay que destacar la mala educación de estos chavales que no se dan cuenta lo que molesta a los demás. Ahora hay una nueva moda en el metro. Ya no llevan el MP3 en los oídos; ahora lo llevan son pequeños altavoces en la mano y es bastante molesto que todo el mundo se ve obligado a escuchar esa música, quiera o no quiera.

 

El otro día un conocido presentador de televisión me comentaba que él nunca coge el metro que no aguanta estas situaciones. No tiene qué sotar la música de otros.

 

En cuanto a los MP3 tradicionales, no podemos negar que su éxito es incontestable. Se calcula que, en el conjunto de la Unión Europea hay más de 50 millones de personas que escuchan diariamente música en este tipo de aparatos. Gracias al MP3 podemos llevar muchas canciones en muy poco espacio, o podemos grabarnos los apuntes de clase e ir escuchándolos en el trayecto al colegio o en cualquier otro lugar. Claro que esto últo los chavales nunca lo hacen; prefiere lo prero. Son unos aparatos que nos atan grandes ventajas, pero también inconvenientes considerables si no se utilizan correctamente.

 

En las charlas que desde Adicciones Digitales (www.adiccionesdigitales.es) damos en los colegios, los padres suelen plantearnos dudas sobre la idoneidad de que sus hijos se pasen el día enganchados a estos aparataos. Ellos nos comentan que así hay paz en ciertos momentos como, ejemplo, cuando los llevan al colegio. El MP3 los aísla  y, tanto, sirve para que no se peleen entre ellos en el coche mientras uno de los padres va conduciendo.

 

Pero lo que nosotros explicamos a los padres es que, muchas veces, es peor el remedio que la enfermedad. A mediados de septiembre, en una charla que partí en un colegio de Sevilla había un padre gran defensor de estos aparatos. Junto a él estaba otro que no lo tenía tan claro. Veía problemas y así lo comentó en el posterior coloquio.

 

Se refería a un estudio, publicado hace meses, que dice que la actual generación va a tener problemas auditivos con veinte años de antelación. Es decir, si ahora se empieza a perder la audición a los 80 años, dentro de cuarenta años, los chicos que ahora usan el MP3 pueden empezaran a oír mal a los 60 años; y eso en el mejor de los casos, que ya vemos a muchos chavales con veinte o veinticinco años que tiene  problemas auditivos el mal uso de estos aparatos.

 

La situación se nos está yendo de las manos, de tal forma que hasta la Comisión Europea empieza a tomar cartas en el asunto. Hace unos días presentó una serie de medidas para proteger a los millones de usuarios europeos de MP3 frente a los riesgos de sordera que conlleva escuchar música con un volumen excesivo. Se ha propuesto que se advierta claramente del riesgo de sordera y que los reproductores salgan de fábrica con unos niveles de exposición seguros. Claro que para que esto sea una realidad puede pasar mucho tiempo.

 

También los médicos especializados en el sistema auditivo, en sus diferentes especialidades,  han puesto el grito en el cielo. Atribuyen el aumento de la sordera entre los jóvenes a su uso a todo volumen. Muchos problemas los causan los modernos auriculares de botón, que se colocan directamente en el pabellón auditivo, provocando que la persona tienda a subir cada vez más el volumen, con las consiguientes repercusiones para el oído. Los modelos más antiguos de auriculares con almohadillas y “diadema” de sujeción, son más recomendables aunque menos estéticos y no están de moda.

 

Para hacernos una idea del volumen al que suelen escuchar los chavales estos aparatos, el ruido de tráfico intenso puede llegar a 85 decibelios mientras que los MP3 no suelen bajar de los 100, el equivalente al despegue de un avión. La diferencia es que un avión tarda en despegar un minuto y el MP3 se utiliza durante horas. Los especialistas recomiendan que el MP3 se use menos de una hora al día y como máxo al 60 ciento de la capacidad de volumen que permita el aparato.

 

Basándose en los estudios científicos del Comité de riesgos sanitarios emergentes, la Comisión Europea considera que un nivel de volumen “razonable” se sitúa en los 80 decibelios y que la exposición semanal debería litarse a 40 horas. Si se pasa a 89 decibelios, entonces no debería superar las cinco horas.

 

Otro problema, también grave, es de carácter docente. Cuando nuestros hijos van al colegio no deben ir escuchando el MP3 que durante la prera hora de clase les estará retumbando la cabeza con la música que han venido oyendo y no se podrán concentrar. En el recreo también lo utilizan, igual que al volver de comer. Esto significa que de seis horas lectivas, cada día pueden perder tres, que les resulta humanamente posible concentrarse en clase.

 

JUAN MANUEL ROMERO MARTÍN, ADICCIONES DIGITALES

 

 

 

 

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