El vicesecretario de Comunicación del Partido Popular, Esteban González Pons, aseguró este jueves que él “siempre” hace declaraciones “con zapato plano” y que, lo tanto, no sabe qué se siente cuando una persona “tiene que hacerlo con tacones”. Si seguos con el estudio acerca del zapato plano, veremos que cuando José Luis abre la boca, quizá pueda hacerlo con los tacones de Sonso que si no, esto no encaja. Esperanza, eludió a los colegas cuando fue abrumada las alcachofas de la prensa y en tono de broma se refugió en esa frase como podía hacerlo en otra. Como aquí, el que no corre vuela, aprovechamos cualquier desliz para hacer una noticia política.
En ese orden de cosas, Tere, la mujer de rosa, Carme, la mujer que perdió la ene, Bibiana, la mujer de las ocurrencias, Elenita, la muñeca de Solbes, y así hasta que terminemos las chicas de los ministerios de Rodríguez, podrán decir y/o decidir en función del calzado que lleven para la ocasión. Y entonces, sí encaja.
Como todas ellas fueron educadas Epi cuando Blas les mostraba aquellos conceptos, “alto Epi, eso es alto”, “no Blas, eso es bajo”, pues al hilo de ello, se calzaron las doñas. Hace cuarenta años de aquellas lecciones magistrales que siguen sirviendo a nuestras generaciones venideras. Vean con ellos “La cuadratura del Círculo”, “Vecinos Siempre”, “Yo, tú, él” y así podrán comprobar que la vida, cuanto menos, se parece en algo a lo que vivos de niños, solamente que entonces Rodríguez correteaba en los campos de León y no tenía ocurrencias de esas con las que nos sale cada día. Yo creo que se debieron perder algún capítulo, “yo robo”, ¡no Blas, no robes, que eso está mal! Epi, ¿tú crees que si guardo la pasta en las bolsas de basura alguien lo notará?
“El monstruo de las galletas” también decía otro tanto, era una especie de ministro de Hacienda pero de color azul que se comía todo lo que pillaba. Luego quedaban otros personajes, “la Gallina Caponata”, que podría ser Leire, la del “viva el condón”, que ahora no suena brusco y entonces sí, “Juan Olvido”, que era un Rubalcaba cualquiera, que podría decir algo y olvidársele al minuto, “Espinete”, que sería la versión masculina de Tere de la Vega, la de la oclusión intestinal, “Coco”, una versión de Sebastián y así hasta que acabásemos con todos. Barrio Sésamo dio muchas lecciones amables a los niños que aprendían cosas tontas, pero que ahí están intentando sobrevivir en esta España nuestra. Niños que se criaron con los conceptos de familia, amistad, amabilidad, y luego qué no, alto, bajo, arriba, abajo…¿recuerdan? Como deben recordar los franceses a Sarko que fue en su día el niño que anunciaba detergentes, hace 40 años…
Otro que es de la generación de Barrio Sésamo es Barack. Él no tuvo una infancia como la de la mayoría de los americanos, los muchos periplos que dio entre Hawaii, África y otros lares, pero sí conoció cosas tan tontas como no distinguir entre el negro y el blanco. Estamos de aniversario. Obama, el premio Nobel, hace un año del “Sí, nosotros podemos” y Barrio Sésamo hace 40 del famoso “alto y bajo”. En el prero, la televisión, las tecnologías e intet, dieron cancha a una nueva forma de comunicar. Los segundos, y no ello, menos tantes, empezaron a enseñarnos a vivir a muchos y aún, si sus padres quieren, pueden seguir enseñándoselo a sus hijos ahora. Dejen en paz a la caja tonta de la ilusión y la expectativa de conseguir novio salir en la tele, de ver programas que desgastan las neuronas y que hacen a nuestros hijos incapaces de distinguir el bien del mal y siguen con la letanía del “todo vale” y pongan Barrio Sésamo para descubrir que la vida es maravillosa, a pesar de todo.
José Luis, que ya vemos que se perdió un montón de capítulos, le regala 84 millones de euros a los nuevos apoyos de los presupuestos. Sacar adelante las cuentas del estado tras pactar enmiendas parciales con BNG, CIU e IUICVERC y luego incorar la Ley Beckham a los que corren detrás de una pelota, ha hecho que muchos españoles se pregunten, pero, ¿éto, qué e lo que e? Y mientras tanto piden las del zapato plano o tacón alto, que tenemos que tener tranquilidad con los piratas, que no son Johnny Depp precisamente.
Yo me quedo con el capítulo, “Todo tiene arreglo”. Creo que esto tiene arreglo si ponemos todos un poco de lo nuestra parte. No sé qué pensarán las ministras del alto o bajo. Según se mire, que como anden con los zapatos de Letizia, verán la realidad con diez centímetros más, y eso es un nivel, Maribel. Las que la vean con zapato plano, a lo peor no hacen declaraciones y nos hacen un favor, a nosotros, los espectadores de este gobierno, que son como Barrio Sésamo pero sin galletas. El concepto “cercalejos” no sé si José Luis lo tiene interiorizado. Cree que la recesión económica está cerca, pero yo la veo muy lejos. Y así, hasta que acabemos con toda la lección.
Para que vean que el progreso no es solamente negativo, sino que es extraordinariamente positivo, sepan que un burro que se llama Minuto, recorre Asturias cargado en sus alforjas con una conexión a intet, con dos cámaras de video, una cámara de fotos y un localizador GPS. Total ná. El que le conduce es un ex minero y su proyecto DonKijote.org. Ha fusionado las palabras burro en inglés (donkey) con Quijote. La aventura multedia, llamada “Media Travel” se ha convertido en un proyecto que mezcla lo artesano con el progreso dentro de la cultura.
Una cosa que no ha cambiado desde que Barrio Sésamo explicaba las cosas de la vida, es el tema del maltrato. Hacer daño es igual en este siglo que en el pasado y se esta que hoy, cuatrocientas mil mujeres son maltratadas en el país del monstruo de las galletas. No sé si la ministra, esa que presume de igualdades, conoce las cifras, y si tanto, va a hacer algo al respecto. 80.000 mujeres denunciarían a sus agresores pero el resto callan. Ahí Blas no estuvo muy acertado. Silencio, habla, Epi, ¿eso es lo mismo?
Para endulzarle un poco la jornada querido español de Barrio Sésamo, sepa que Coca Cola va a vender ahora Burn con Zumo. Es lo mismo que tomarse una bebida energética pero enca con sabor a Fanta. Y lo que nos queda beber.
Para que recuerde aquello de “yo tengo, tú tienes”, Borja Thyssen, el niño de su madre, ha acusado a ésta de mala madre, mala abuela y todo lo mala que usted quiera. Querido Borja, hijo mío tú sí que te perdiste la colección entera de Barrio Sésamo y convendría que se lo pidieras a los Reyes. Las madres, hasta las peores, siempre son madres. Ella se casó con uno que no era pobre, un señor que te dio su apellido para que tú te pudieras tatuar en honor al linaje Thyssen. Luego, de profesión vago, te has dedicado, nadie sabe muy bien a qué y ahora sacas la mierda a relucir en nombre de tu madre. Pues verás, querido. Pon a tu hijo, ese que ahora sacas en las revistas con su madre los capítulos que debiste perderte de Barrio Sésamo y de paso, guárdate todas las revistas para cuando él tenga tu edad, a ver cómo te sienta si él te pone a caer de un burro, que no será como el anterior, irá en un cohete tecnológico para entonces. Porque hoy, mañana y siempre, si tu madre no es lo que pensabas, cállate y recuerda, querido tatuado que es tu madre enca de todo y la vergüenza se tiene para algo. Lo otro es estar sin.
Mira que yo cuando se ató a los árboles de Gallardón pensé que había perdido el norte, pero ahora veo que teniendo una especie como tú, demasiado centrada está la pobre. Como decía aquel, ¡pobre niño rico! ¿De qué te sirve tener esa colección que vas a heredar si ni siquiera sabes qué es el arte?
Un brasileño ha aparecido en su propio entierro vivo y borracho. Le confundieron con uno que se había matado en un accidente de automóvil. Para que vean cómo le pueden llorar a uno. Yo lloro, ¿tú lloras? No Blas, no lloro, lloro de risa, que esto no lo conoce ni la madre que lo parió aunque se llame Tita.
Ana de Luis Otero
Periodista
