En la Tierra a sábado, noviembre 16, 2024

“Los Diarios de Alistair Campbell”, Jefe de Prensa de Tony Blair (1994-2003)

No todo el mundo recuerda su nombre, pero, en Reino Unido, TODOS, reconocen su expresión: “La Princesa del Pueblo” (The Princess’ People), con que Tony Blair se refirió a Lady Diana, tras su falleciento en agosto de 1997. Pero la denominación no la acuñó el Prer Ministro británico, sino su Jefe de Prensa, estratega político más tante y mano derecha: Alistair Campbell. De hecho, en la película “The Queen”, protagonizada Helen Mirren y dirigida Stephen Frears, se aprecia no sólo la anécdota de la frase, sino el devenir de los acontecientos que rodearon la muerte de Diana de Gales y, sobre todo, el inmenso poder que ejercía Alistair Campbell, en el manejo de la Opinión Pública.

 

Tanto y tan grande era el poder del Jefe de Prensa de Tony Blair, que hasta la mujer del Prer Ministro, Cherie Blair, se queja de ello públicamente en sus memorias, publicadas en junio de 2008. La visión de Alistair Campbell era sple: proteger la agen y la reputación del Prer Ministro incluso de sí mismo y de sus más allegados. La visión de Cherie Blair es la de quien no está dispuesta a aceptar órdenes, intromisiones en la intidad familiar o, splemente la injerencia de un tercero, parte del Jefe de Prensa de su marido.

 

Si un Jefe de Prensa, un Director de Comunicación o puesto silar (tanto en el sector público como privado) quiere saber lo que es no estar cerca del poder sino ejercerlo, le recomiendo que lea “The Blair years: Extracts from the Alistair Campbell diaries”, publicadas Hutchinson en 2007. Yo compré el libro en Londres recién publicado, a principios de ese año, en la librería Hughes & Hughes, 19,95 libras esterlinas. Hoy, en Amazon, el libro está a precio de saldo, con toda la comodidad que ofrece la compra Intet. Son casi 800 páginas intensas, prietas, llenas de información…, tanto que parece que el autor, con tantos datos, está a punto de hacer explotar el libro exceso de fechas, acontecientos, conversaciones, lujo de detalles, etc.

 

Alistair Campbell, Jefe de Prensa de Tony Blair desde 1994 hasta 2003 mantuvo un diario durante toda la década que le llevó a construir y mantener la victoria del Nuevo Laborismo. Día tras día escribió las noches el devenir de los acontecientos de la campaña electoral de 1997, las relaciones con los miembros del Gabinete, las presiones de los grandes grupos de comunicación, la utilización de las encuestas (la mayor parte de ellas, provenientes de la empresa para la que trabajo, Ipsos Public Affairs) y tantas otras cosas más relacionadas con el Gobierno Británico y su Comunicación.

 

El libro no esconde, no oculta nada. Campbell era y es conocido su franqueza, hasta su brutal honestidad y sinceridad. Otra cosa es que, tanto obligado ley, como vinculado lealtad al todavía Partido Laborista aún en el poder, Campbell no publica todo, sino sólo una tercera parte de todo lo que escribió en aquellos años. Empieza su libro diciendo que algún día, cuando sea totalmente libre, publicará el contenido íntegro de sus Diarios. Yo lo estoy deseando: durante los dos preros meses de 2007, no pude dejar de leer las noches un libro que, en inglés, te apasiona, agarra, engancha, no te deja respirar: Campbell es un torrente de información pero tú, como lector, quieres aún más.

 

Cómo hacer política a gran escala. Cómo mangonear ministros. Cómo decirle a la mujer del Prer Ministro con quién debe o no mantener amistad. Cómo tratar con los dueños de los principales medios de comunicación mundiales. Cómo tratar con Bill Clinton, aliado y amigo. Cómo tratar con George Bush, aliado, que embarca a Reino Unido en las guerras de Afganistán e Irak. Cómo tratar con un Ministro de Economía (Gordon Brown, Chancellor of the Exchequer) que quiere quitarle el puesto al Prer Ministro…

 

Alistair Campbell no es un Jefe de Prensa que emita notas de prensa, aunque también lo hace. Es un personaje que quita y pone ministros. Otorga confianza y la quita. Genera reputación y la destruye. Es un Director de Comunicación en estado puro, con todas las herramientas del Estado a su disposición, para hacer lo que tiene que hacer: orientar a la opinión pública británica a favor del Gobierno Laborista, a través de los medios de comunicación.

 

Es una lectura obligada para cualquier Director de Comunicación culto que pretenda influir y ser tenido en cuenta en su ámbito de trabajo.

 

 

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