Esta semana hemos asistido al penúlto episodio de la disputa que mantiene una parte de la familia Areces con El Corte Inglés la valoración del 2% de las acciones que obran en su poder. La disputa, iniciada en 2.005 a raíz de las reclamaciones de César Areces estos mismos motivos se ha convertido en un caso de manual sobre el pacto de los intangibles en el balance de las compañías.
¿Cuánto vale la marca de El Corte Inglés? Entre 0 y 1.600 millones de euros, según las fuentes. Pero, ¿a qué se debe tal diferencia? Fundamentalmente, a los criterios utilizados para valorarla: para el Consejo de Administración del gigante de la distribución, y atendiendo a su valor contable, es 0, mientras que para consultoras independientes e investigadores su valor razonable supera holgadamente el millar de millones de euros.
Este matiz, unido al valor de mercado de los inmuebles que posee en propiedad el grupo son los principales puntos los que los sobrinos de Ramón Areces (uno de los fundadores de la compañía) decidieron llevar a los tribunales a la compañía del triángulo verde, puesto que estos activos, siempre atendiendo a su valor razonable, son presumiblemente superiores al marcado los libros, y, ende, el valor de las acciones de la compañía también lo será.
Pero, ¿en qué se basa El Corte Inglés para mantener que su marca no vale nada? Atendiendo a las normas contables, cuando una entidad ha generado su propia marca, no tiene la obligación de activarla en su balance, siendo únicamente en el contexto de una combinación de negocios (fusión o compra de una compañía) cuando debe sacarse del Fondo de Comercio para actualizarlo a su valor razonable. Pasado este trámite, la empresa puede realizar una revisión anual, que generalmente y en caso de producirse suele ser a la baja. Por tanto, y siguiendo esta norma, todas las marcas que conforman el tfolio del grupo El Corte Inglés, salvo las adquiridas ( ejemplo, si siguiera existiendo Galerías Preciados), valen 0.
En el otro extremo, nos encontramos ante la valoración de entidades independientes como Interbrand, que regularmente publican rankings tanto nacionales como internacionales de valoración de marcas. Según su metodología, basada en parámetros como mercado, estabilidad, liderazgo, tendencia, apoyo, internacionalización o protección, la marca El Corte Inglés (que no incluye submarcas como Hipercor, Sfera, Aliada, Opencor y silares), tendría un valor razonable de 1.620 millones de euros.
Entonces, ¿a quién debemos creer, a los demandantes o a los demandados? Atendiendo a la resolución de la Audiencia de Madrid, a ambos: un lado, da la razón a los vendedores, al considerar que la valoración realizada desde la empresa fue ‘arbitraria’, mientras que al mismo tiempo cuestiona la realizada los demandantes, debido a la ‘dificultad’ de determinar el valor razonable de las acciones. Por tanto, aún queda mucho trabajo recorrer en el ámbito de los activos intangibles.
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