‘Una señora que bajaba de un taxi abrió la puerta y choqué con ella. Lógicamente, ella no tenían ningún dispositivo con el que poder mirar antes de abrir’, asegura Luis Ros, creador del espejo retrovisor TRSI, diseñado especialmente para los pasajeros de atrás. Fruto de este accidente (él iba en moto), Ros ha buscado ‘la forma de evitar que la persona que abra y salga sea atropellada o bien que el que va conduciendo una bicicleta o moto choque contra la puerta’, indica. El Servicio Catalán de Tráfico (SCT) y el Instituto Metropolitano del Taxi de Cataluña ya han fomentado su utilización.
Es uno de los inventos presentes en la exposición y conferencias que llevan a cabo la Fundación Pons, junto con el CSIC, en la Semana de la Ciencia. Se trata del espejo retrovisor TRSI (Todos con Retrovisor de Seguridad Integrado), un dispositivo activo de seguridad compatible con casi la totalidad de los coches actuales, que se coloca en el interior del vehículo y que sirve para que los pasajeros de la parte trasera puedan mirar antes de abrir y evitar así accidentes. El invento ya ha recibido la Medalla de Oro en la categoría de Automoción en la 38ª Feria Internacional de Invenciones de Ginebra (Suiza).
‘Por cada herido leve en accidente de tráfico, hay muchísa gente que se ha roto un hueso o que splemente han sido escayolados y que se van a casa pero que no aparecen en las estadísticas de Tráfico’, relata su creador Luis Ros. En declaraciones a prseguridad vial, el inventor del espejo retrovisor TRSI nos cuenta cómo surgió la idea: ‘A raíz del accidente, iba en el coche y pensaba que aquí faltaba algo. Al final, la iluminación me llegó al salir de un parking con el típico espejo grande, converso, que te da la visión de toda la calle o de un cruce de calles’, afirma. En ese momento, ‘supe que necesitaba eso, algo pequeño para evitar pasar homologaciones y algo muy sencillo que splemente esté enganchado en el interior del automóvil para que desde dentro tengamos una visión más amplia del exterior’, relata.
Este espejo está diseñado especialmente para las plazas traseras. ‘El conductor y copiloto tienen los retrovisores pero los de tras no tienen ninguna manera de mirar’, añade.
En este sentido, Ros reconoce que su puesta en marcha ha sido un proceso largo. ‘Una vez aclaradas las ideas, me puse en manos de profesionales que tramitaron la patente, desde ingenieros que redactan la memoria hasta abogados que presentaron el expediente, seguiento, etc… El prer logro fue que la Oficina Española de Patentes y Marcas me concediera el visto bueno. Es un triunfo que puedes presentar una idea pero tal vez ya esté patentada y eso yo no lo sabía’, asegura. Sin embargo, añade que una de las cosas más tantes es ‘crear la necesidad en el mercado para que luego, si tiene aceptación, echarte la manta a la cabeza y ponerte con temas de producción, inversión, costes…’.
Respecto a su aceptación, muchos ya han mostrado interés en el producto. Este es el caso del Servicio Catalán de Tráfico (SCT) y el Instituto Metropolitano del Taxi en Cataluña, donde se puso en marcha una campaña de concienciación para fomentar su uso entre el colectivo del taxi repartiendo 20.000 retrovisores TRSI. Aquí, asegura que esta campaña también se realizará en otras ciudades y que el producto ha sido visto con buenos ojos incluso desde fuera de España. ‘Es un invento aplicable a todos los países, al final, los coches existen en todo el mundo. Por ejemplo, en países de Sudamérica, donde hay robos a mano armada en los coches, también lo ven como un elemento de seguridad para la propia persona. Con esto, puedes llegar a ver que viene alguien y puedes protegerte’, afirma su creador.
Con un precio que ronda los 19,90 euros los dos retrovisores, se ofrece la posibilidad de personalizarlo e incluso se pueden llegar a poner mensajes y logotipos de empresas. Asismo, hay un tercer modelo destinado a concesionarios y fabricantes de coches para que éstos puedan incluirlo de serie. ‘He hablado con varias marcas pero hablar hoy con un fabricante de coches significa que saldrá en un coche en seis años’, reconoce Luis Ros. De hecho, concluye que ‘seguramente, si tiene que entrar algún día, será una motivación de g o de seguridad vial, es decir, una marca que quiera apostar la seguridad de sus pasajeros y la seguridad vial’.
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