La utilización del término ‘ la izquierda’ está muy de moda en la sociedad cubana actual, y se refiere a la manera de lograr objetivos violando las normas establecidas. Es aplicable lo mismo a ocupar un puesto de preferencia en una de las tantas colas que tiene que hacer el pueblo cubano para cualquier cosa, pasando enca de quienes ya se encontraban en ella, que a la compra o adquisición de diferentes bienes o servicios o de acceder a un puesto laboral de forma ilícita, o al disfrute de un tratamiento especial en la realización de algún trámite en el ámbito estatal, que es en la mayoría de los casos.
Se actua ‘ la izquierda’ cuando la población le ofrece dádivas o recompensas a quienes trabajan en la gastronomía y el comercio, a fin de recibir una mayor cantidad de un producto normado, tener acceso a un estableciento orden de reservación, o introducir una mercancía o materia pra, para ser vendidos a la población como si fueran del Estado.
‘Por la izquierda’ se adulteran precios, se desvían hacia el mercado negro recursos que debían haber sido empleados en alguna producción o servicio, pero que regla general, el administrador o gerente de la entidad está de lleno en el juego y recibe su tajada.
Cuando hurgamos en la psicología de los personajes que intervienen en todo este trapicheo, nos encontramos con el que ‘lucha’ y con el que ‘resuelve’, pero según el escenario cambian los poapeles de ese binomio, y uno y otro se convierten en premisa y resultado de un sórdido juego donde están inmersos muchos factores, signados la forma más pritiva de l,a oferta y la demanda en función de llenar los buche vacíos que anidan en la morada.
Es un trueque ajeno a toda regla de intercambio, desprovisto de valores morales y del sentido de lo prohibido. Grande es el desgarramiento moral de una sociedad que se ve obligada a realizar y trabajar ‘ la izquierda’, y el daño monetario, material y de recursos que le provoca al Estado, de donde se alenta y engorda el mercado subterráneo. Pero también existe un perjurio indirecto hacia quien le urge un documento o le apremia un servicio y está obligado a transitar los mecanismos establecidos, casi siempre engorrosos y molestos, pues no dispone del dinero para comprar voluntades o hacer un ‘regalito’ a cambio de un ‘favor’. O splemente se tiene que marchar sin solucionar su situación.
En no pocos de estos lugares, funcionarios, directivos, administradores, dirigentes estatales y otros conviven con ‘ la izquierda’ en franca armonía.
Tan extendido está el ‘ la izquierda’ dentro de Cuba que nadie es capaz de establecer la correspondiente denuncia ante lo mal hecho. ¡Total!, la mata está podrira desde la rama a las raíces. Es un fenómeno extendido a todos los niveles. El Estado no desconoce está situación, al contrario, se aprovecha de ella. Es más la viene provocando desde hace 50 años para sacar partido de la misma y así la cúpula gobernante continúa en el poder alegando un gobierno de izquierda ‘ la izquierda’.
Una isla perdida en el mar
JULIO CÉSAR GÁLVEZ
Periodista
Exprisionero de conciencia cubano del Grupo de los 75