Prero fue Túnez, ahora Egipto, Jordania apremia reformas, en Líbano algo nuevo está en el ambiente, Marruecos está a la expectativa y los vientos soplan de aquí para allá en busca de la necesitada apertura de libertades, derechos humanos y democracia para los pueblos opridos régenes totalitarios. Ha llegado el despertar.
Pero mientras decenas de miles de personas se lanzan a las calles del mundo árabe para exigir los cambios necesarios, en Cuba Alejandrina García de la Riva mantiene un ayuno desde el pasado vies 28 de enero en demanda de la liberación de los 11 prisioneros de conciencia de la Pravera Negra del 2003, que aún permanecen encarcelados negarse a marchar al destierro en España, entre los que se encuentra su esposo Diosdado González, condenado injustamente a 20 años de prisión.
Como respado a su esposa, Diosdado se declaró el pasado lunes 31 de enero en huelga de hambre, al que se sumó este miércoles Pedro Arguelles Morán, recluido en la prisión de Canaleta, en la provincia de Ciego de Ávila, quien presenta serios problemas de salud y unas avanzadas cataratas, que apenas le permiten reconocer a nadie a más de una cuarta de distancia de su rostro. Ambos, al igual que los restantes prisioneros de conciencia del Grupo de los 75, están encarcelados el sple hecho de pensar e forma distinta y diferente al discurso oficial del régen de La Habana.
El gobierno cubano, al que se le venció el plazo fijado para liberar a los prisioneros políticos el pasado 27 de noviembre, no ha respondido a las múltiples peticiones hechas a nivel mundial con el fin de que acabe de abrir las rejas de las celdas a los que aún no ha puesto en libertad.
Las causas de las protestas multitudinarias callejeras en el mundo árabe llevan un soplo de aire fresco a la vida de los ciudadadnos de estos países. En Cuba, el gobierno le da otra vuelta y aprieta más la tuerca y aumenta la represión contra los disidentes, y envía a sus agentes uniformados y encubiertos para chequear, vigilar y reprir a quienes se les enfrentan. Pero atención: no podemos olvidar que hasta el continente americano llega el polvo del Sahara, responsable de alteraciones y modificaciones en el cambio clático. Ya está cercano el equinoccio de pravera y con él los vientos del sur.
Sin bolita mágica ni pretensiones adivinatorias, nadie sabe cuando estalle la explosión, esa que lógica se produce en los países totalitarios, asesinos de sus pueblos, y aunque en Cuba la represión es enorme, no es la regla de la excepción. No incitamos a la violencia a cientos de millas de distancia, mucho menos entre hermanos nacidos bajo el mismo cielo y en la misma tierra. Pero lo cierto es que soplan aires de cambio hacia la democracia en todo el mundo. Demos nuestro apoyo incondicional y solidario a nuestros hermanos de lucha que aún permanecen en las mazmorras castristas.
Una isla perdida en el mar
JULIO CÉSAR GÁLVEZ
Periodista
Exprisionero de conciencia cubano del Grupo de los 75