Se defendió como pudo la ministra. En la Comisión General de las Comunidades Autónomas de la Cámara Alta se pronunció con respecto a un tabú que llevaba dando dolor de cabeza a los populares desde hacía meses: la financiación sanitaria. Anunció también la creación de un Plan Nacional de Listas de Espera y la plantación de la receta electrónica.
Se defendió como pudo la ministra. En la Comisión General de las Comunidades Autónomas de la Cámara Alta se pronunció con respecto a un tabú que llevaba dando dolor de cabeza a los populares desde hacía meses: la financiación sanitaria. Anunció también la creación de un Plan Nacional de Listas de Espera y la plantación de la receta electrónica.
Se abrió fin el debate sobre el gasto sanitario. Elena Salgado no se veía las caras con la oposición en el Consejo Interterritorial de Salud (su lugar habitual de negociaciones) desde diciembre del año pasado. Una petición reiterada y exigida el grupo popular, que forzaron la presencia de la ministra en la Comisión General de las Comunidades Autónomas.
Salgado anunció que no cambiará el sistema actual de financiación sanitaria, vigente desde hace tres años, aunque sí destacó una próxa reforma, que entrará en vigor en enero de 2006. PP y Sanidad sí se pusieron de acuerdo en algo: los consejeros coincidieron en afirmar que no es necesaria la creación de un nuevo modelo que garantice la viabilidad del Sistema de Nacional de Salud.
Los contenidos de esta reforma que llevará a cabo el Gobierno no se conocerán hasta el verano del próxo año, pero la ministra adelantó que el trabajo se centraría en analizar la situación actual, conocer la realidad del gasto sanitario y el empleo del presupuesto.
Continuó la lluvia de críticas parte de los consejeros del PP, que acusaron a la responsable de Sanidad de carecer de liderazgo a la hora de asumir sus tareas y le recordaron sus múltiples huidas cuando se le requirió hablar de financiación.
