El Parkinson es una enfermedad degenerativa y ello va agravándose con el tiempo. Cuando las tomas de la medicación empiezan a perder su efecto entre una y otra, empezamos a tener otra vez los síntomas del mal. Es entonces cuando debemos fijarnos en lo que nos pasa y contaárselo al neurólogo para que nos vuelva a ajustar la dosis si fuera necesario. Los síntomas siempre varían de una persona a otra y no nos podemos fiar de lo que les pasen a otros enfermos.
La enfermedad de Parkinson (EP) es una enfermedad lentamente progresiva, cuyos síntomas empeoran con el tiempo. Por ello, los síntomas pueden modificarse y evolucionar y variar de una persona a otra. Esto significa que la experiencia de cada persona que padece la enfermedad es distinta.
Afortunadamente, los síntomas de la enfermedad responden bien al tratamiento médico. Uno de estos tratamientos, la levodopa, se considera desde hace casi 40 años la piedra angular en la terapia de la enfermedad de Parkinson. Generalmente es muy eficaz, pero algunos pacientes pueden apreciar cambios en la forma en que la medicación controla sus síntomas. Estos cambios se conocen habitualmente como fluctuaciones motoras.
Con el tiempo, puede suceder que los síntomas comienzan a reaparecer antes del momento de la toma de la siguiente dosis del medicamento. Este cambio en los síntomas recibe el nombre de wearingoff.
A medida que el wearing off se hace más evidente, el lapso de tiempo durante el cual se experenta una buena respuesta a la levodopa (conocido como tiempo ‘on’) se hace más corto y el lapso de tiempo durante el cual se sucede una respuesta deficiente (conocido como tiempo ‘off’) puede alargarse.
Cuando aparecen estas fluctuaciones motoras, se pueden producir otros efectos secundarios no deseados, como moviento incontrolable, conocido como discinesias ( ej., movientos de contorsión/rotación) o distonía ( ej., calambres musculares prolongados).
¿Por qué se producen fluctuaciones motoras?
En las preras fases de la enfermedad, el cerebro es capaz de almacenar suficiente levodopa y dopamina, lo que permite que la dopamina se libere en el cerebro de una forma más uniforme; esto prociona un control más constante de los síntomas. Sin embargo, a medida que la EP empeora, el cerebro dispone de un menor número de células para captar la levodopa y almacenarla en forma de dopamina para su liberación cuando los niveles sean bajos.
Debido a esta capacidad reducida para almacenar dopamina en el cerebro, los síntomas pueden reaparecer después de períodos más cortos de tiempo ( ej., fenómeno de wearingoff). Si un paciente con capacidad reducida para almacenar dopamina toma demasiada levodopa se pueden producir efectos secundarios ( ej., discinesias).
Síntomas que se asocian al wearingoff
¿Cómo se reconoce el fenómeno de wearingoff?
Dado que la EP es una afección motora, la atención se ha centrado en los problemas relacionados con el moviento, lo que se conoce como síntomas motores. Estos son los principales síntomas de la enfermedad y pueden detectarse fácilmente.
Los métodos que los médicos usan para identificar el wearingoff se centran principalmente en la reaparición de estos síntomas motores. Pero el fenómeno lo puede provocar otros síntomas no relacionados con el moviento. Este tipo de síntomas se conocen como síntomas no motores y pueden afectar al pensamiento, la sensibilidad y/o la sensación de bienestar.