Sin duda, la información es poder, y tenerla antes que los demás, la convierte en una herramienta valiosa. Las fuentes juegan un papel prescindible y si se mueven en las altas esferas, más. Y sino, que se lo digan a una organización profesional que logró tener un informe en su poder, incluso antes que el propio ministro.
Pero lo malo de las filtraciones es que no se pueden controlar y la propia organización se echó las manos a la cabeza cuando se encontró el documento top secret en una publicación. Lo más fácil es pensar en la que comparte apellido con José Luis (¿y quién es él?), que casualmente estuvo ligada con anterioridad al citado medio de comunicación. Pero ¿y si no ha sido ella? ¿Y si sólo fue un instrumento en manos de un gran manipulador?
Los murciélagos nunca duermen…