Así lo afirma la psicóloga del Centro de Tratamiento de la Ansiedad y el Estrés (CETAES), Vanessa Fernández. Este síndrome está caracterizado episodios de tristeza y ansiedad.
Tras unos días o semanas de descanso, un ‘centaje elevado' de la población puede sufrir distintos síntomas de tristeza, pérdida de ilusión, nostalgia, e incluso depresión. No obstante, esta experta matizó, en declaraciones a Europa Press, que se trata de una ‘depresión entre comillas', ‘que no es normal que las vacaciones provoquen una depresión'. Lo que sí es frecuente es que se detecten episodios de ansiedad e incertidumbre lo que viene.
En estos casos, la ansiedad procede de una falta de planificación ‘que debería haberse quedado hecha antes de marcharse', mientras que la incertidumbre es propia de aquellas personas que no tienen ‘muy clara' su situación laboral.
La irritabilidad también puede surgir, lo que hace que la persona esté más susceptible a las críticas, así como problemas de sueño o insomnio y, aunque menos frecuente, episodios de fatiga. Esto se debe a que ‘las emociones tienen correlatos fisiológicos y cuando una persona está muy irritada o ansiosa está presentando una tensión muscular enca de lo normal', comenta la experta.
Por lo general no existe un perfil específico de personas que padecen estos trastornos según la edad, y generalmente son personas a quienes no les satisface su trabajo o su ambiente laboral, bien sus compañeros o sus jefes; su situación en su trabajo no es estables, y que, además, tienen muchas cargas extras fuera del mismo. En cuanto al género, Vanessa Fernández no advierte diferencias entre hombres y mujeres, si bien destacó diversas teorías evolucionistas que aseguran que las mujeres tienen más inestabilidad emocional, son más sensibles a cualquier cambio que se produzca y expresan más.
Sin embargo, la vuelta al trabajo no resulta desagradable para todo el mundo, y esta experta destacó que hay quienes se encuentran ‘a gusto en su entorno laboral' o a aquellos para los que ‘el trabajo es una forma de camuflar su realidad'. En estos casos se puede hablar de un ‘síndrome vacacional', ya que, en vacaciones, a veces que afloran síntomas que están soterrados durante el año debido al propio ritmo laboral, que incluso ‘te sirve de distracción'.
RECOMENDACIONES
Para todos estos casos, y a pesar de que no hay una ‘receta mágica' para evitar estos casos, esta psicóloga recomienda volver de las vacaciones al menos un día o dos antes de la vuelta al trabajo, ya que ‘así te acostumbras de nuevo a los hábitos rutinarios, te dedicas a ordenar la casa'. Otro método que puede ayudar es una planificación de las cosas que te quedan pendientes o que hay que empezar a retomar y, del mismo modo, aconseja dedicar tiempo para uno mismo e intentar que no todo sea trabajo, pensar en las próxas vacaciones o en el próxo puente y planificar algo para crear una ‘perspectiva de ilusión'. Todo ello acompañado de una buena alentación y la práctica de ejercicio físico, dos factores que ‘suelen descuidarse en vacaciones' pero que son aspectos en los que hay que incidir al volver al trabajo para que la salud física no influya en la mental.