El Centro de Farmacovigilancia de Aragón se ha convertido en un sistema eficaz que funciona a las mil maravillas ya que es capaz de detectar hasta diez veces más que Europa las reacciones adversas a medicamentos.
Y es que el volumen de notificaciones es de mil millón de habitantes frente al centenar de media que arroja la Unión europea.
‘Esto significa que Aragón cuenta con una red de vigilancia realmente activa, capaz de detectar estas reacciones adversas a medicamentos', reconoció con satisfacción Juan Pablo Alonso, jefe del servicio de Vigilancia de Salud Pública de Aragón en unas declaraciones que recoge el tal redaragon.com.
El responsable de este sistema de alerta realizó estas valoraciones al informar de que Aragón recogió a lo largo del año pasado un total de 1.239 notificaciones de Reacciones Adversas a Medicamentos (RAM), la mayoría, el 80% de los casos de carácter leve. Además, y según consta en este registro, los fármacos más frecuentes son los relacionados con el sistema nervioso, con 227 notificaciones; seguidos los antiinfecciosos, con 210; los cardiovasculares, con 158; y los que van dirigidos al sistema musculoesquelético, con 117.
‘En general, las reacciones son de carácter leve, pero la trascendencia de este sistema de vigilancia, que no es solo nacional sino que tiene carácter supranacional, es que permitiría detectar e incluso retirar un fármaco del mercado en aquellos casos en que se demostrara que se había roto el equilibrio, siempre preciso, entre beneficios y efectos secundarios', explicó Juan Pablo Alonso.
No obstante, el experto reconoció que aunque normalmente no se detectan casos extremos que obliguen a retirar un fármaco, este tipo de vigilancia sí que permite introducir mejoras para modificar la ficha técnica de un determinado medicamento y conseguir así que su utilización sea lo más idónea posible. ‘La legislación actual es muy exigente y antes de que un medicamento se ponga a disposición de los usuarios se precisan estudios previos en laboratorio y ensayos clínicos controlados en humanos. Una vez superados y, demostrada su efectividad, se introducen en el mercado. Lo que ocurre es que un estudio clínico muy amplio que sea, siempre está litado en tiempo y tamaño. Y es ahí donde entra el sistema de farmacovigilancia'.
Una de las razones las que el centro de farmacovigilancia de Aragón se ha revelado como uno de los más activos es precisamente el alto nivel de concienciación y de trabajo que se sigue desde que se fundó en 1993, con todos los profesionales que lo integran y que incluye no sólo a todos los médicos públicos y privados, sino también a farmacéuticos, enfermeras y veterinarios de toda la comunidad. La mayoría de las notificaciones procede de los médicos (83%) seguidos de los farmacéuticos (15,9%), mientras que al personal de enfermería le corresponde el 1,1%. Y casi el 90% es de origen extrahospitalario.