Desde que en 1895 los hermanos Lumière proyectaran la que se conoce como la prera película de la historia (la llegada de un tren a la estación) la evolución del cine ha recorrido la totalidad de los temas que afectan a la raza humana. Todo aquello que nos preocupa ha sido reflejado el cine, desde las guerras hasta los sueños más increíbles, sin olvidarnos de la tancia de la Salud en nuestras vidas.
Varias cintas han reflejado a lo largo de la historia la travesía de personajes, muchas veces inspirados en casos reales, en el camino de una determinada enfermedad. Distintos puntos de vista, diferentes historias con un mismo denominador común, hacer llegar al espectador la situación, desesperada en muchas ocasiones esperanzadora en otras, que viven las personas bajo una determinada enfermedad.
El cine se convierte así en una plataforma idónea para acercar la Salud y la enfermedad a un público que aparentemente no compraría una revista médica o no leería un periódico sanitario. Conscientes de ello, muchas instituciones como Ayuntamientos, Juntas autonómicas o Consejerías de Salud realizan periódicamente ciclos centrados en la Salud en el cine.
Por ejemplo, el Ayuntamiento de Santander inicia este mes de marzo un ciclo bajo el lema ‘Hablemos de Salud’. Se trata de una serie de conferencias que durarán los meses de marzo, abril y mayo que tratarán temas como la diabetes, el Alzheer, la epilepsia. Para comenzar esta campaña de Salud el consistorio cántabro ha decidido emitir el film ‘Las Chicas de la lencería’ de Betina Oberli, y al finalizar la película tendrá lugar una conferencia dirigida Carolina Revuelta, psicóloga del Ayuntamiento de Santander, sobre ‘Envejecer bien, vivir bien: salud mental y bienestar’.
Varias administraciones autonómicas como la de Aragón o la de La Rioja han llevado a cabo programas sobre Cine y Salud que tienen objeto promocionar la Salud y prevenir los problemas más relevantes, especialmente entre los adolescentes. Estos programas permiten a los alumnos, a través de las películas, construir una mirada crítica y centrada en la responsabilidad personal. Películas como Juno, Supersize me o Crash centran sus temáticas en problemas reales de los jóvenes como son los embarazos no deseados, la tancia de una dieta saludable o el peligro de las drogas.
En España experiencias cinematográficas recientes nos han acercado la tancia de la Salud (más bien la ausencia de la misma) a nuestras casas, barrios o edificios. Uno de los realizadores españoles que más ha navegado en el terreno de la Salud en el cine es Antonio Mercero. En 2003 retrató la vida de un grupo de jóvenes en la planta de Oncología de un hospital, en esta ocasión basada en la vida real de Albert Espinosa a través de la película ‘Planta 4ª’. También en 2007, Mercero volvió a las grandes pantallas para acercar el Alzhéer en ‘¿Y tú quién eres?’.
Son sólo algunos ejemplos de la Salud y la enfermedad llevados al cine, pero hay más ‘Camino’, ‘El aceite de la vida’, ‘Otoño en Nueva York’, ‘Noviembre Dulce’ ‘Patch Adams’ o ‘Mar adentro’ . Cintas más o menos comerciales que han hecho del cine una ventana a la tancia, a veces olvidada de la Salud en nuestras vidas.
