En la Tierra a martes, noviembre 19, 2024

LA COSA NACIONAL

 

En muy pocas ocasiones se hace referencia a la vascularización del cerebro, extraordinaria cierto, y al enorme gasto energético que consume esa materia gris en sus funciones principales. Muchos creen que el cerebro, no consume energía puesto que confundos el ejercicio físico del aparato musculoesquelético y su gasto de energía, que lo vemos, lo observamos, mientras que puedes estar perfectamente sentado y sin sudar una gota y en cambio tu cerebro gasta ingentes cantidades de energía  y muchas calorías.

 

La corteza cerebral, en el arte de razonar y establecer las funciones mediadoras ante lo social para que lo límbico y lo talámico, quede tamizado en nuestras relaciones con los demás, es una gran central de reacciones bioquímicas y de mediadores neuronales. Una gran central de operaciones.

 

Asumida esta reflexión cuando llega la hora pospandrial, es decir después de comer, el conjunto vascular, el flujo principal de nuestra sangre se dirige principalmente a la zona del aparato digestivo, las arterias mesentéricas están haciendo su trabajo de ayuda a la absorción y a la digestión. En esos instantes el encéfalo baja el tono. Es como si se notara una placidez y un cierto estado amable, incluso fisiológicamente placentero en el que los flujos energéticos bajan de tal manera que nos invitan a una somnolencia maravillosa. Los españoles en el siglo XVII hicos de esta inclinación del cuerpo una doctrina nacional, la siesta. Por todos esos motivos la siesta puede considerarse fisiológica. Porque coincide en eso tan sano de darle al cuerpo lo que te pide. Creo sinceramente que no debe durar nunca más de media hora y que veinte minutos bien sesteados le dan mucha solvencia a la tarde, a las preras horas de la noche y a la posibilidad de estar frescos a fin de rematar con soltura la jornada laboral partida o cualquier envite de la vida,  sea juego, entreteniento o dete de ocasión.

 

La siesta es misteriosa y reservada. Imposible de clasificar en el dogma y la doctrina científica pero como dijo Umbral, como los toros y el borboneo, es una cosa nacional y barroca. Seguro.

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