GONZALO FERNÁNDEZ A los 18 años Lola Gómez, de 49 años, fue diagnosticada con artritis reumatoide, una de las enfermedades reumáticas más frecuentes en nuestro país, y que afecta a más de 250.000 españoles, principalmente mujeres. Su gran desconociento, su percepción como enfermedad que sólo afecta a personas mayores y el hecho de que no presente síntomas externos aparentes al inicio de la enfermedad; hacen de la Artritis Reumatoide una ‘enfermedad invisible’
Cuando Lola fue diagnosticada, lo prero que hizo fue romper con su novio. ‘Hoy día acudes a Intet y rápidamente sacas los que tienes. Tampoco tenía muy claro que fuera artritis, y aunque fuera artritis, como veía los efectos que tenía en otros órganos pensaba, yo me voy a morir dentro de poco’. Desde ese mismo momento, la vida de esta mujer de 49 años se convirtió en una doble vida, en la que nadie sabía nada acerca de la enfermedad que padecía. Poco a poco tuvo que adaptar su vida al corsé que la artritis reumatoide le puso.
Más de diez millones de personas en nuestro país, casi el 23 ciento de la población, padecen algún tipo de enfermedad reumática, lo que las convierte en las patologías crónicas más frecuentes. Alguna de estas patologías, como ejemplo la artritis reumatoide, puede acortar la esperanza de vida hasta diez años, y empeoran más la calidad de vida que otras enfermedades, como las cardiovasculares.
Las enfermedades reumáticas constituyen, además, una de las principales causas de discapacidad laboral en España. Según los últos estudios, más del 45 ciento de los afectados en edad activa sufre discapacidad laboral moderada o grave, cerca del 35 ciento presenta problemas laborales con bajas temales o disminución de la productividad, y un 29 ciento se encuentra en situación de incapacidad permanente a causa de la enfermedad.
En el caso concreto de la artritis reumatoide, se calcula que en España el 35 ciento de los Pacientes presenta un grado de minusvalía superior al 65 ciento, pidiéndoles trabajar. y el 71 ciento ha solicitado que se le reconozca algún tipo de minusvalía. Según el estudio ‘Impacto de las Enfermedades Reumáticas en España’, en 2007 se produjeron más de 2.500 procesos de incapacidad temal artritis reumatoide que supusieron un coste total de más de 8 millones de euros. Según este mismo estudio, el últo del que se tienen datos disponibles, las enfermedades reumáticas constituyen la prera causa de incapacidad temal en nuestro país. En términos económicos, este dato se puede traducir en un coste de más de 1.500 millones de euros, con casi un millón de procesos de incapacidad temal anuales.
Las enfermedades reumáticas en general suelen aparecer, y en contra de la creencia popular, entre los 20 y 45 años.Es decir, en la edad fértil de la vida. Fue, precisamente en este momento cuando Lola sufrió de manera más devastadora los efectos de la enfermedad. ‘Durante los preros años sentía dolor desde los dedos de los pies hasta la mandíbula. Todo. No podía hacer nada, Me tenían que ayudar a vestirme a desnudarme, a hacerme la coleta, la trenza a atarte los zapatos… y cada vez veía que iba a peor’ explica.
Las terapias combinadas y biológicas se han convertido desde hace unos años en una alternativa ante los tratamientos convencionales, basados hasta no hace mucho en la cortisona y el metrotexato. Estos fármacos permiten alcanzar beneficios rápidos y hacer frente al dolor, la rigidez, y el pacto funcional y psicológico que provoca la artritis reumatoide. Algunos de estos fármacos biológicos han demostrado, incluso, inhibir la progresión del daño estructural articular, así como reducir la fatiga y la discapacidad.
Según la doctora María Galindo, experta en reumatología del Hospital 12 de Octubre de Madrid, ‘sobre todo (los fármacos biológicos) han sido una alternativa muy buena para los Pacientes que con la terapia convencional no han respondido. Al actuar de manera más específica sobre dianas muy concretas, tienen unos efectos a nivel clínico, radiológico o de histología del propio tejido de la articulación mucho más directos. Se ha visto que la mejoría que producen es mayor; y una cosa que con otros fármacos no se había conseguido demostrar es que parece que los fármacos biológicos sí pueden detener la progresión de la enfermedad. Según estudios de pruebas de agen que se han hecho a largo plazo, ha quedado demostrado que se frena la aparición, en el caso de la artritis reumatoide de erosiones articulares’.
En el caso concreto de Lola, que tuvo que insistir a su doctor para que le incluyese dentro del programa con tratamiento de fármacos biológicos, el cambio ha sido espectacular. ‘Desde que estoy con el tratamiento biológico no tengo ni inflamación ni efectos secundarios’. A día de hoy, gracias a los avances en este tipo de terapias y otras líneas de tratamiento, los Pacientes no sufren de una manera tan virulenta las consecuencias de las enfermedades reumáticas. Así todo, el estigma sigue siendo una de las barreras con las que los Pacientes se enfrentan, sobre todo, en el ámbito laboral.
‘Las empresas te ven que vas a faltar mucho. A mí que ya me conocen. Yo siempre lo he dicho, que en 12 años no me he cogido la baja ni un solo día’, declara Lola, aunque a lo largo de su relación con otros Pacientes reconoce que hay casos en los que la enfermedad supone un auténtico trauma para muchos de ellos. ‘Hay gente que ha tenido la enfermedad, a lo mejor mujeres muy activas que con 40 añoshan sido diagnosticadas y les ha entrado una depresión muy grande. También algunas que la pareja no ha respondido. Ha habido muchas que se han divorciado.Porque en la familia, el motor desde siempre es la mujer. En cuanto el motor se avería, el otro segundo motor, o engancha o se queda atrás. Y muchos hombres, cuando han visto que la mujer estaba enferma y que él tenía que planchar, lavar.. la ha dejado. Yo he tenido mucha suerte…. He intentado hacer una vida normal’
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