Navidad es sinóno de excesos, comidas copiosas, y retos para el próxo año. De poco ha servido la aprobación de la consabida ley antitabaco. Precisamente dejar el tabaco podía haber sido uno de los temas estrella de los medios en el paréntesis informativo que se produce en estas fechas pero, de nuevo, la comida y los excesos vuelven a ser los reyes de las crónicas e informaciones de los medios. Nadie escapa a publicar la opinión de un experto sobre cuál es la mejor opción de una cena navideña, o consejos para afrontar este sobreesfuerzo para nuestro organismo.
‘Dietistas recomiendan comer un poco de todo’, o ‘Los médicos recomiendan alternar comidas copiosas con ligeras’ son los titulares tan alarmantes con los que los medios cubren la ‘resaca informativa’. ¿Y quién se atreve a decir que los excesos navideños son una barbaridad y un sinsentido que afectan perjudicialmente a nuestra salud? Pues ni los medios ni secciones especializadas se atreven a semejante locura sino quieren que sus lectores o telespectadores huyan. Así todo, algunos valientes, como El Mundo, se hacían eco de la nota de prensa de la Sociedad Española de Cardiología y titulaban ‘El 25 de diciembre amenaza al corazón: el día de más ataques cardíacos’. A ver quien se sienta a la mesa después de leer la noticia.
Aunque el que no se consuela es que no quiere. Si alguien se había atrevido a contar el número de calorías que una comida navideña nos puede atar, la historia de Donna Spson nos puede servir de consuelo. Esta mujer, según recoge la página Web de Telecinco en una información publicada en el diario Dailiy Mail, pretende convertirse en la mujer más gorda del mundo, y para ello es capaz de ingerir más de 30.000 calorías en menos de dos horas. Mientras los deseos de gran parte de la población es bajar esos ‘kilitos de más’ que nos ha dejado Santa Claus, la intención de esta norteamericana es llegar a pesar 450 kilos.
El alcohol y las drogas son también protagonistas de estas fechas ‘tan señaladas’. Si alguien pensaba en disipar su cargo de conciencia comerse un trozo de turrón, que no lo haga bebiendo pacharán, según Europa Press ata las mismas calorías que dos mazapanes. Y ¡ojo con el champán! Porque su miga tiene echarlo en la copa. Para resolver semejante dilema en el que gran parte de los españoles vive a la hora de verter esta bebida, El País nos ha deleitado con un especial acerca del modo y técnica de llenar nuestras copas. Pero si el diario de Prisa nos incita a llenar nuestra copa, El Mundo nos advierte que hacer un uso abusado de la bebida nos puede llevar al consumo de ‘anfetas’. Un dilema: alcohol, ¿si o no?
Pero aún no hemos terminado de comer los polvorones, cuando ya nos alertan de los peligros de las ‘dietas milagro’. Y al que se le haya pasado la mente, en vez de acudir a estos regímenes, apuntarse a un gnasio, ¡cuidado¡ No podemos escapar a los peligros de estos espacios semejantes al infierno, que se copan de infieles tras las navidades. Además de las lesiones los sobreesfuerzos físicos, El País nos ha dejado muy preocupados al hacer público que el 6 ciento de los europeos toma anabolizantes. Así que cuidado con las ‘vitaminas’ que nos dan en los gnasios.
Parece que tomemos el camino que tomemos, bien atiborrarnos a polvorones o machacarnos en el gnasio, todo nos pasará factura a la salud. Prsalud se queda con la opinión de los ‘expertos’, ‘un poco de todo no hace daño’.
Seguiremos informando…
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