La publicación de la SEPAR recoge que no está autorizada la venta del cigarrillo electrónico en Australia, Canadá, Alemania o Suiza. Y la prestigiosa Federal Drug Administration (FDA) de Estados Unidos encontró en algunos análisis realizados en estos cigarrillos compuestos carcinógenos como nitrosaminas, dietilenoglicol, anabasina y beta nicotyrina. La Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere que no se haga publicidad de los cigarrillos electrónicos como tratamiento antitabáquico.
El doctor Carlos Jénez Ruiz, coordinador del área de tabaquismo de SEPAR y firmante del editorial de la revista, subraya que este producto no puede recomendarse para dejar de fumar y que “no se conoce todavía su inocuidad, lo que se necesitan ensayos clínicos aleatorizados, a doble ciego y controlados con placebo”.
Otra observación de la FDA estadounidense respecto al cigarrillo electrónico es acerca de que algunos de los cartuchos que se vendían como libes de nicotina, sin embargo sí la contenían. Además, algunos expertos han mostrado su inquietud que el empleo de este pitillo perpetúa el ritual manoboca, hecho que podría dificultar más el abandono del tabaco.
Mayka Sánchez