El estudio concluye que la exclusión del pan no está justificada, ya que no interfiere en la pérdida de peso y además facilita el seguiento de la dieta. Los investigadores observaron que en ambos grupos se redujo igual el peso coral y que el centaje de abandonos fue significativamente inferior entre las mujeres que hicieron la dieta con pan.
Al comienzo del estudio, las participantes, en su mayoría mujeres en edades perenopáusicas, presentaron una ingesta calórica enca de sus necesidades y un perfil dietético desequilibrado, con consumos deficitarios en ciertas vitaminas y minerales y un bajo nivel de actividad física. Tras 16 semanas de intervención dietética, se hallaron diferencias significativas en la reducción del peso coral, el centaje de masa grasa, la circunferencia de la cintura y la grasa visceral, manteniendo la masa muscular y el metabolismo basal.
Se vieron diferencias curiosas entre las mujeres que habían seguido una dieta con pan y las que no. Las preras mejoraron más su perfil calórico y se aproxaron a las recomendaciones nutricionales de los expertos, reduciendo el ate de grasa y aumentando el de hidratos de carbono. Esto no fue alcanzado, sin embargo, en el grupo cuya dieta no llevaba pan. En este últo además hubo muchas más transgresiones y abandonos.
Del mismo modo, se vio que incluir una ración de pan en las comidas también puede aumentar la sensación de saciedad, según se desprende de los resultados de un test realizado en este trabajo al acabar de comer.
Mayka Sánchez