En las últas décadas se han desarrollado tanto las técnicas quirúrgicas que cada vez son más las operaciones con cirugía mínamente invasiva, con un posoperatorio más cómodo y corto para el paciente, sin apenas estancia hospitalaria y mucho más económico. Otro aspecto muy relevante es la drástica reducción de las infecciones, uno de los riesgos más temidos en la cirugía abierta o gran cirugía.
Ahora se está hablando de la “fast track surgery” o cirugía de vía rápida. Entre sus características destaca el hecho de que el paciente permanezca el menor tiempo posible en el hospital, sufra el menor traumatismo durante su estancia, las preparaciones sea menos cruentas, el empleo de drenajes restrinja notablemente, se intente que dure lo menos posible la colocación de vías venosas y que el reinicio de la alentación vía oral sea casi inmediato.
La aparición de infección depende de muchos factores, como un cuerpo extraño, que puede ser un cuchillo o una herida accidente. En estos casos, que el cuerpo extraño suele estar contaminado, ésta es la fuente de la infección.
Además en el propio organismo tenemos algunos reductos que están llenos normalmente de gérmenes, de modo que cualquier cirugía de la cavidad abdominal que abra las vísceras, sobre todo el intestino grueso, representa una fuente de contaminación y de gérmenes muy virulentos. En este aspecto queda mucho hacer y cuenta también la edad del paciente y su estado general de base. Cuanto más joven y sano esté, mejor será el pronóstico y menor el riesgo de infección.
Mayka Sánchez