Una huelga la gana quien consigue el favor de la opinión pública. Y es que no es posible para un colectivo de trabajadores conseguir sus objetivos sin ganarse el favor de la ciudadanía, algo que los pilotos tienen muy difícil en este nuevo conflicto.
Los conflictos laborales ya no se ganan en la calle, se ganan con una correcta comunicación que consiga que la opinión pública empatice con las reivindicaciones del colectivo. La huelga de pilotos nace con un déficit que será difícil contrarrestar. El Entorno social es tremendamente agresivo contra una posible huelga en el sector aéreo diversas circunstancias.
La situación económica de crisis provoca que en un entorno de paro generalizado, precarización del empleo y recesión la opinión pública no comprenda que un colectivo como el de los pilotos de Iberia proteste la creación de una línea de bajo coste. El Dircom de Iberia, Luis Diaz Güell, declaró en el programa ‘Prera Plana’ de ABC Punto Radio que los pilotos cobran 200.000 euros al año de media. El dato es directo y llamativo. Cuándo todos los colectivos han visto mermados sus ingresos, este tipo de cifras aumentan la valoración negativa contra los pilotos.
Otro de los motivos el que los pilotos tienen complicado vencer la batalla de la Comunicación es el precedente de los controladores. Hace justo un año ocurrió el conflicto de los controladores aéreos. Durante el conflicto el colectivo no supo o no pudo gestionar la comunicación adecuadamente, sobre todo debido a la manipulación a la que fueron sometidos. Perdieron a la opinión pública y fueron crinalizados, militarizados y denostados. Su agen quedó dañada y esta huelga de pilotos irremediablemente es comparada con aquella. Esta situación del entorno social es difícilmente superable, y declaraciones como las de Justo Peral, Jefe del Sepla de Iberia, que ha declarado que ‘queremos hacer el menor daño posible a la compañía y a las vacaciones de los españoles’ a sabiendas que necesitan el apoyo ciudadano para conseguir sus objetivos buscan minizar ese ecosistema negativo. Cesar Cabo comprendió cuál fue el problema de los controladores al declarar en una entrevista a Vanity Fair que la Opinión Pública comprendería la próxa huelga, pero quizás no fue analizado el problema en su justa medida y no parece que la ciudadanía vaya a ser comprensiva.
Tampoco ayuda a mejorar el ecosistema negativo en el que han convocado su huelga los pilotos las declaraciones del mismo Justo Peral expresando que la nueva aerolínea de Iberia solo servirá para traer emigrantes desde América Latina y turismo barato desde Europa. Obviando que la inmensa mayoría de los ciudadanos que forman la opinión pública y que necesitan convencer para vencer, forman parte de esos colectivos.
En la sociedad red las huelgas deben planificarse con una estrategia de comunicación efectiva, conociendo sus stakeholders, preparando el camino y midiendo el entorno, el lugar y los tiempos. La batalla de la comunicación ha comenzado y ha nacido con un claro ganador.
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