A Roures, Contreras y Milikito le han comprado su juguete más divertido: la Sexta. Por unos millones de euros Lara y sus socios se quedan con más de la mitad del negocio publicitario, que pasa de ser plural a duopolio, una vez consumado el atropello a las cuentas de la Televisión pública, que ha demostrado que, pese a todas las maniobras orquestales en la oscuridad, les puede dar sopa con ondas a su competencia privada en muchas franjas horarias. La salida la puerta de atrás de unos empresarios con denominación política, quiere decir, una vez más, que los que la van a palmar volverán a ser los profesionales de la comunicación de la tele de Zapatero, que se quedan con el trasero al relente, en un tiempo en el que “ser periodista en España, es morir un poco cada día”. Sus jefes, que ya han colocado gran parte de sus pérdidas a sus socios mejicanos, se van como si no hubiera pasado nada, que, eso si, tienen más cara que una empanada de grelos. Estoy seguro que ese gestor duro y eficiente que es Silvio González sacará adelante este reto que se le viene enca, aunque los espectadores, en su conjunto, con la concentración que cae en sus manos, perdamos parte de nuestra libertad televisiva, que ahora queda reducida a la mína expresión.
Manuel Fernando González
Editor y Director