Según una encuesta realizada el Instituto de Estudios Médicos Científicos (INESME) el 81,7 ciento de los oncólogos españoles afirma tener una percepción de menor disponibilidad de terapias innovadoras en su centro de trabajo.
Los recortes en la sanidad y las medidas del control del gasto farmacéutico ya tienen las preras consecuencias. Mientras ayer conocíamos que la factura del Estado en concepto del gasto farmacéutico se reducía en noviembre un 12,67 ciento en relación al mismo mes del año anterior, conocíamos datos de una encuesta realizada entre 60 oncólogos españoles, en la que se deja constancia del sentiento general entre este grupo de profesionales médicos, y las dificultades que ya tienen a la hora de administrar fármacos en el tratamiento del cáncer.
Lejos de las polémicas suscitadas la posible reducción del suministro de fármacos laboratorios como Roche en nuestro país laboratorio que auspicia la encuesta, la realidad sobre el problema de acceso a los fármacos parece motivada otra parte plicada en el conflicto, las administraciones. Y es que no son los propios oncólogos los que determinan qué fármaco administrar a un paciente con cáncer. A la hora de su administración la decisión no recae sobre el especialista, sino que hay todo un entramado burocrático que es, al final, quien aprueba o no el uso del medicamento en función de unos parámetros. En estos tiempos de recortes el parámetro que parece regir con más fuerza es el económico.
En relación a las áreas de oncología más afectadas esta situación son las que tienen que ver con la investigación y la innovación científica. En concreto, según los oncólogos participantes, los medicamentos que actúan sobre dianas específicas son los más afectados las litaciones de disponibilidad de tratamiento innovadores. Según explica el profesor Jesús Honorato, presidente de INESME, ‘los oncólogos tienen dificultades para tener acceso acceso a los medicamentos innovadores, y esto va a tener consecuencias de todo tipo’. En este sentido, los cánceres más afectados esta disminución de acceso a los fármacos más específicos los más caros y que mayores administrativas suponen a la hora de su administración son los dirigidos al cáncer de mama, el de pulmón, y el de riñón.
Los pacientes ya empiezan a sufrir estas trabas en el acceso a los mejores medicamentos en el tratamiento del cáncer, y son sensibles a las diferencias entre Comunidades Autónomas. ‘Los pacientes nos preocupamos que cuando nos los dicen los médicos nos preocupa especialmente que no tengamos acceso a los tratamiento. Quien tiene que decidir el tratamiento es el oncólogo’, afirma Begoña Barragán, presidenta del Grupo Español de Pacientes con Cáncer.
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