Los periodistas de los servicios informativos de RNE han mostrado su opinión sobre el nombramiento de Juan Fernández Vegue a través de un referéndum en el que ha destacado la abstención del 73% de la plantilla. El nuevo director de informativos es apoyado y rechazado el mismo centaje de votos.
Tanto el referéndum sobre el nombramiento de Julio Somoano como el celebrado para valorar la idoneidad de Juan Fernández Vegue se han caracterizado un alto centaje de abstención: del 70% en el prer caso y del 73% en el segundo.
De los 273 trabajadores que votaron de un total de 997 censados en toda España, las papeletas en blanco fueron mayoritarias, con un 34,4% (94 votos), seguidas de las que se mostraron contra el nombramiento (32,6% y 89 votos), que estuvieron muy ligeramente enca de las que lo hicieron a favor (31,5% y 86 papeletas). Además, se contabilizaron 4 votos nulos (1,4%). Este informe consultivo que el Consejo de Informativos enviará a la dirección de la CRTVE muestra neutralidad ante la llegada de Fernández Vegue.
Antes de la celebración de la consulta, Vegue trasladó a la plantilla de informativos su intención de trabajar una radio pública objetiva e parcial. ‘Cualquier interés ajeno al periodismo, cualquier injerencia externa, cualquier intención espuria, será desterrada de inmediato, con el fin de que no interfiera, perjudique, mediatice o coaccione el ejercicio del periodismo y la gestión que se realizará desde esta Dirección de Informativos. El producto informativo final sólo puede ser la veracidad’ explicó a los trabajadores en un escrito.
‘Los valores de pluralismo, tolerancia e igualdad serán guía fundamental de la gestión y de la práctica habitual’ dice. De igual manera se muestra a favor de la producción propia y asegura que velará ‘de manera especial evitar la difusión de publicidad encubierta y no tolerar bajo ninguna circunstancia sultanear el ejercicio de la actividad periodística con actividades en empresas o entidades privadas con áno de lucro’.
En cuanto a la relación con los trabajadores, propone que esté marcada el diálogo, la armonía laboral, la discusión constructiva y la resolución ecuáne, justa y efectiva de cualquier controversia que pueda producirse.
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