Ayer la economía celebró una de sus fiestas anuales con los premios Tintero y Secante que la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) concede a los mandatarios o empresarios más habladores (Luis de Guindos) y a los que menos se prodigan con la Prensa (José Ignacio Goirigolzarri). Pese a la situación económica gravísa la reunión entre tinteros, secantes y periodistas tuvo momentos hilarantes. Goirigolzarri, presidente de Bankia, derrochó spatía y también fue valiente.
No seré yo quien censure el humor, empeñado como estoy siempre en reir, y compartir esa risa a los que acompaño y me acompañan. Ayer el mundo de la empresa, la Administración y los periodistas (una profesión más castigada en términos relativos que las tareas ligadas a la construcción) nos dos un respiro de nuestros males y De Guindos bromeó con las ayudas recién inyectadas a Bankia, mientras que el presidente de la entidad, José Ignacio Goirigolzarri, hizo chanza de las desventuras de su Atlethic de Bilbao y de su nuevo papel de famoso, malgré lui.
A De Guindos le gusta la canallesca periodística y compartió unos minutos tras recibir su flamante Tintero entre preguntas algo desacertadas de mis colegas. Todos empeñados en saber sobre el banco malo (ese engendro frankensteiniano que no lo conoce bien ni su propio padre), olvidando esos seis millones de españoles que necesitan un trabajo con urgencia. Pero la actualidad nos engancha y a veces nos nubla la vista.
Pero la noche de fiesta tuvo su contrapunto para el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, con un grupo minúsculo de unas 30 personas que ubicados en una de las puertas de la Asociación de la Prensa de Madrid se quejaban y gritaban la quita de las preferentes que suscribieron de la entidad financiera (alrededor del 39% de su valor) y la transformación del resto en acciones.
Goirigolzarri pudo haber escapado la otra puerta pero lo hizo delante de ese grupo de agitados inversores que han perdido su dinero comprar preferentes en tiempos que en los que su actual presidente no estaba. Goirigolzarri tiene la conciencia tranquila que sabe que a Europa –pagadora de nuestra transformación bancaria no le temblaba el pulso en dejar a cero las inversiones de esos ciudadanos. Se ha logrado recuperar algo, pero no es suficiente.
Los quejosos inversores que estuvieron ayer a las puertas de la amable fiesta de la APIE tienen razón y Goirigolzarri lo sabe. Se les vendió el producto de forma engañosa y como ha dicho la propia Europa ni siquiera era un producto para ellos. En la ardua labor de poner en rentabilidad a Bankia, el nuevo, spático y flamante presidente debería marcarse como objetivo resarcir a esas personas que compraron las preferentes.
Fíjense si aquí tenemos guasa que hasta los propios manifestantes, ciudadanos como cualquiera de nosotros, pero engañados, se les escapaba alguna risa cuando en la puerta nos llamaban despectivamente banqueros a los periodistas y otro público que entraba al salón. Todo, menos perder la alegría.
PD: El mejor chiste de De Guindos. En su intervención hubo una toque de humor del Ministro de Economía que no tuvo la aquiescencia del conjunto de la audiencia. De Guindos dijo que preguntó si en la APIE había algún miembro del Financial Tes (periódico que no ha ahorrado críticas a su acción, calificándolo como el peor ministro de Europa). Al saber que no era así, valoró entonces que el Tintero era un buen premio, mejor que el Secante, y despejó sus iniciales dudas. El humorístico rejonazo al rotativo británico no fue entendido la audiencia. Pero tuvo mucha gracia.
Luis Aparicio Pérez, Director de Contenidos de INVERTIA / www.invertia.com
