El objetivo de la ley suele ser garantizar los derechos de los ciudadanos y velar su protección. Cuando las leyes no se cumplen, se abre la veda a la opción de la denuncia. Pero la cosa se complica cuando los reglamentos empiezan a modificarse y, sobre todo, cuando algunas leyes entran en contradicción.
Es exactamente la situación que denuncia la Asociación de Usuarios de la Comunicación respecto a la proliferación de publicidad exterior de bebidas alcohólicas de alta graduación en las calles de Madrid. Alejandro Perales, presidente de la AUC, asegura que ‘aunque los anuncios de bebidas alcohólicas de alta graduación están prohibidos la legislación, en Madrid es fácil encontrar en la ciudad reclamos comerciales en fachadas, vallas y pantallas de marcas de ginebra y ron como Beefeater, Ron Barceló, Seagram’s o Ballantines, entre otras’. Las sanciones este tipo de incumplientos han superado, en alguna ocasión, los 210.000 euros de multa.
La Agencia Antidrogas es la encargada de velar la aplicación de la Ley. Este organismo tramita las denuncias presentadas particulares, colectivos o los propios inspectores de la Agencia Antidroga para comprobar si son pertinentes y abrir, en su caso, un expediente que se resuelva con sanción. Las partes plicadas pueden recurrir este dictamen y pasar a un contencioso que sería resuelto los tribunales.
‘El problema es que cuando un Tribunal te da la razón, esa sentencia no sirve para los demás casos, sólo para esa denuncia en concreto. Y teniendo en cuenta que el mundo de la publicidad es muy dinámico, desde que detectamos el anuncio, vamos a notario, se levanta el acta y, después se persona la inspección, el anuncio ya no está en ese sitio aunque a lo mejor la valla se ha trasladado de lugar y la campaña sigue estando ahí’, señala el presidente de la AUC.
Varias leyes regulan la publicidad de bebidas alcohólicas para defender la salud pública. La Ley sobre Drogodependencias de la Comunidad de Madrid prohibía desde 2002 la venta, el consumo y la publicidad de bebidas alcohólicas en la vía. Pero el gobierno autonómico flexibilizó la norma en noviembre de 2011, permitiendo la publicidad exterior sólo en el caso de bebidas fermentadas de baja graduación (vinos, cervezas, sidra…). Los anuncios de exterior de ron, ginebra, whisky y otras bebidas espirituosas siguen, tanto, prohibidos.
A nivel estatal, las modificaciones legales han ido parejas a las autonómicas: La Ley General de Publicidad prohibía desde 1988 la publicidad de bebidas alcohólicas en aquellos lugares en los que está prohibida su venta o consumo pero la recién aprobada Ley de medidas urgentes de liberalización del comercio y de determinados servicios, flexibilizó el pasado 27 de diciembre de 2012 esta publicidad: permite la promoción de bebidas de menor graduación.
‘Hay determinados productos que son perjudiciales cuando se consumen en exceso. Y ésa es la razón la que se ha restringido la publicidad. Cuanto más liberalicemos la publicidad de alcohol, menos protegeremos la salud pública’, asegura Perales. Y añade: ‘En España tenemos un problema muy grave: la ingesta de alcohol parte de menores. Esta liberalización en ámbitos de mucha atracción para los menores como el ámbito detivo genera notoriedad de producto entre los menores,’.
Esta últa Ley Express complica el entramado legal que aunque, en general, no ampara la publicidad de bebidas de más de 20 grados, incluye una excepción: sí habilita a los estadios detivos a volver a publicitar este tipo de bebidas. Esta concesión estatal advierte la AUC podría entrar en colisión con algunas leyes autonómicas –como la de Andalucía que sí prohíben explícitamente la publicidad de alcohol en espacios determinados como los estadios de fútbol o los centros educativos.
Mientras tanto, Sanidad defiende la creación de una ley que lite el acceso al alcohol en jóvenes, tras el éxito de la ley antitabaco. Al menos, así lo propuso la semana pasada el delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, Francisco de Asís Babín, en una entrevista realizada RNE. Abogó poner barreras y límites a la accesibilidad de bebidas alcohólicas con el fin de evitar que se siga produciendo un consumo compulsivo de alcohol, sobre todo parte de los jóvenes.
La industria de bebidas alcohólicas se muestra un tanto reacia a hacer declaraciones al respecto pero la AUC asegura que estas compañías se defienden argumentando que algunas de sus campañas de publicidad exterior no son realmente publicidad en la vía pública, que las vallas están ubicadas en fachadas o solares que tienen la condición de dominio privado. Sin embargo, una sentencia 891/2010 del Tribunal supremo reconoce que: ‘la colocación de las vallas obedece exclusivamente a los viandantes y el público en general, aprovechando que transitan determinadas vías públicas, conozcan el producto que comercializa (…) Todo viandante, se quiera o no, de forma psicológica y automática asocia el producto de manera directa desde la vía pública donde está prohibida sin concurrir supuesto excepcional o autorizado’.
De momento, la AUC ya ha interpuesto 130 denuncias a lo largo de casi diez años de reclamaciones y ha conseguido obtener varias sentencias favorables con las que han conseguido que se cumpla la ley: tres en la Audiencia Provincial y una en el Tribunal Supremo.
Mientras tanto, Autocontrol –que colabora con la Agencia Antidroga de la Comunidad de Madrid en el marco del ‘Convenio de Colaboración para el Fomento de la Autorregulación de la Actividad Publicitaria de Bebidas Alcohólicas de la Ley 5/2002, sobre Drogodependencias y Otros Trastornos Adictivos’, junto a la Asociación Española de Anunciantes (AEA), la Asociación Española de Publicidad Exterior (AEPE), la Asociación General de Empresas de Publicidad (AGEP) – ha revisado desde la firma de este convenio más de 600 anuncios de publicidad exterior, antes de su emisión (mediante el mecanismo de Copy Advice©).
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