Alrededor del 6% de la población mundial está constituida mayores de 65 años, un centaje que va en aumento debido al rápido envejeciento demográfico y que en los últos años está favoreciendo el incremento de los casos de demencia y otros trastornos psiquiátricos prevalentes en población geriátrica.
‘La enfermedad de Alzheer sigue constituyendo el tipo de demencia más común, representando hasta el 70% del total. El Trastorno conocido como delirium o síndrome confusional agudo, caracterizado una afectación brusca del estado cognitivo de la persona a nivel de pensamiento, memoria y percepción, llega a afectar hasta un 30% de la población anciana hospitalizada’, ha explicado la doctora Elena Ros, Psiquiatra del Hospital Universitario Vall d’Hebron, en el marco del VI Congreso Nacional de la Asociación Española de Psiquiatría Privada (ASEPP) que se celebra estos días en Sitges (Barcelona).
Existen factores médicos y razones de índole biográfica como pérdidas, jubilaciones o duelos, que facilitarían sí mismas la existencia de un incremento de depresión en la tercera edad, no tanto en sus formas mayores sino en aquellas menores o subsindrómicas, que constituyen una tante afectación en la calidad de vida de las personas.
‘Existen ciertos síntomas depresivos que se dan con más frecuencia en población mayor como las somatizaciones, los pensamientos hipocondriformes, la afectación psicomotriz, la mayor presencia de síntomas psicóticos y la clínica melancólica. Se debe estar alerta en lo referente a la conducta suicida, más frecuente y de riesgo en esta franja de edad’, comenta la doctora Ros.
Los expertos insisten en la existencia de una relación entre enfermedad mental y médica, la cual, según palabras de la Dra. Ros ‘no es exclusiva de la edad geriátrica; muchas condiciones médicas crónicas incrementan el riesgo de padecer una enfermedad mental, al tiempo que existen estados emocionales asociados a enfermedades médicoquirúrgicas, así como al abuso de fármacos. A la inversa también existe una relación clara; ejemplo, en el caso de las demencias, éstas van produciendo un deterioro funcional de los distintos aparatos y sistemas como pérdida de autonomía motora, encamamiento o ulceraciones que conllevan el declive del paciente’.
El Psiquiatra juega un papel fundamental en el diagnóstico y tratamiento de las demencias, así como de los trastornos afectivos y conductuales frecuentemente asociados, tanto en el cuidado directo del paciente como en el manejo adecuado de las circunstancias que le rodean y específicamente la atención a los cuidadores.
Terapias adaptadas a la edad
En el ámbito farmacológico, el uso de sustancias psicotrópicas en los ancianos presenta peculiaridades, ya que en esta edad se producen variaciones en la respuesta, en las interacciones y en los efectos adversos, debido a los cambios en la farmacocinética y farmacodinámica propios del envejeciento, así como a la polifarmacia y la pluripatología, muy frecuente en esa franja de edad. Es tante escoger un fármaco con un buen perfil de seguridad y ser cautelosos en la titulación del mismo. Paralelamente, son de interés los abordajes psicoterapéuticos específicos, individuales o comunitarios, de los problemas asociados a la tercera edad y la utilización de rehabilitación neurocognitiva en las demencias, sobre todo en fases precoces.