Una vuelta de tuerca más amenaza a las televisiones comerciales, una historia que está tomando tintes de telenovela o tragicomedia según se mire. El Gobierno tiene en vilo a las privadas sobre la continuidad o no de 9 (¿o 17?) canales de TDT y ahora supedita la vuelta de la publicidad a RTVE a la decisión del Tribunal de Justicia de la UE.
Recordemos que la Comisión Europea interpuso una denuncia a España al considerar que la tasa puesta a las teleoperadoras para financiar RTVE es ilegal ser ‘incompatible con las normas de la UE en materia de telecomunicaciones’. Parece que el Tribunal de Justicia de la UE podría inclinarse un dictamen desfavorable a España que supondría el fin del pago del 0,9% de sus ingresos con el que las ‘telecos’ contribuyen actualmente a la financiación de RTVE.
La pregunta es cómo afectaría esta medida a las televisiones privadas y ninguna opción es buena. La Ley de financiación de la Coración de Radio y Televisión Española obligaba a ayudar económicamente al manteniento de la pública no sólo a las ‘telecos’ también las cadenas privadas en abierto deberían atar el 3% de sus ingresos brutos y las de pago un 1,5%. Ahora, de volver la publicidad, seguirían perdiendo que, aunque ya no tendrían que pagar este peaje sí perdería ingresos en publicidad, en torno a los 300 millones según las estaciones de las propias cadenas.
Cada vez que a las cadenas privadas o a los grupos audiovisuales como Mediaset España o Atresmedia se les ha planteado esta posibilidad han mostrado su desacuerdo puesto que, según apuntan todos los expertos, la vuelta de la publicidad podría suponer el fin del escenario audiovisual tal y como lo conocemos en la actualidad. Si el descenso de los anunciantes ya apremia a las privadas la entrada en escena de un competidor como TVE supondría una catástrofe puesto que ya, en otros tiempos, la cadena ofertaba unos precios sin competencia en el mercado.
Esta incertidumbre no hace más que minar cada vez más las relaciones entre el Gobierno y las cadenas privadas que ven peligrar su modelo de negocio y la indecisión y falta de toma de decisiones parte del Ejecutivo no favorece al mercado audiovisual. Todos los actores entienden que el Ejecutivo debería dar soluciones prontamente y no mantener la espada de Damocles sobre un sector que sólo busca mirar al futuro sin incertidumbre.
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