CPP y StopCarterismo advierten que tanto si se viaja España como el extranjero, un turista es la vícta predilecta de los carteristas. ‘Al igual que millones de personas comienzan ahora la operación salida, cientos de carteristas viajan a los destinos turísticos tras sus víctas’, asegura Eduardo Gil, responsable de Comunicación de CPP. Existe constancia en los historiales policiales de que muchos de los miles de carteristas que operan en España viajan la geografía española durante el verano en busca de sus particulares chollos de temada. ‘Donde hay turistas, hay carteristas y esto tiene una explicación: Llevan dinero en efectivo, varias tarjetas y pasates que luego revenden en el mercado negro, cámaras fotográficas, móviles de alta gama… Son un buen botín y una vícta que no molesta que no suele denunciar y, sí denuncian, no suelen presentarse al juicio estar en su país o en su ciudad de origen’, explican desde CPP.
La compañía de protección y servicios de asistencia CPP, que está llevando cabo este año una campaña de concienciación sobre el problema del carterismo, apunta que la distracción es el arma de estos delincuentes y que no hay nadie más distraíble que un turista: ‘Desconocen el idioma o el lugar, están relajados y despreocupados y cargan con diversos objetos personales lo que que su atención esté repartida entre la estatuta, la mochila, el bolso, la cámara, el móvil, el guía y muchos otros estímulso externos’, comentan desde la compañía. La combinación de estos factores, unida a la presencia en un momento y lugar de riesgo, es lo que convierte a una persona en vícta. CPP enumera 9 momentos y lugares concretos en los que la vícta debe elevar sus niveles de alerta durante estas vacaciones:
- En estaciones de autobús/tren y aeropuertos: Mantén las pertenencias controladas en todo momento. Cuidado cuando pare el autobús, vigila que nadie coja tu maleta del maletero.
- Subiendo la escalera a pie y con maletas: Aparecerá alguien que se ofrezca a ayudarte pero puede querer quitarte otro peso de enca: el móvil o la cartera.
- A la salida del bar de copas: El alcohol, el aturdiento la música, el cansancio, tu mente pensando en dónde has dejado el coche, en qué ha ocurrido con tu ligue… todo facilidades para el carterista.
- Dentro del bar de copas: No solo dejar el abrigo ahí. Es normal que la gente se acerque mucho, un lugar oscuro, mucho ruido, la gente pensando en pasarlo bien y, todo ello, bañado con alcohol.
- En la terraza de un bar: Dejar la cartera o el móvil enca de la mesa, el bolso en el respaldo de la silla o la mochila en el suelo es muy cómodo para todos, vícta y carterista.
- En la recepción del hotel: Llegada y salida de viajeros, gente entrando y saliendo, todas tus pertenencias a la vista (maleta, chaqueta, bolso…), tu atención en el trámite con el recepcionista y, al quite, el carterista.
- El baño refrescante en la playa: Aunque sea rápido, o ir a jugar a las palas, o a ver barcas… Si dejas tus pertenencias en la toalla ten en cuenta que el delincuente también es rápido.
- La foto del viaje: Sacar una foto a veces exige toda tu concentración para conseguir el mejor plano, la mejor luz y, en esa búsqueda de inmortalizar el momento quizá ocurra algo que tampoco olvides fácilmente.
- El mapita de la ciudad: Ese turista spático que te abre un mapa de dos dos y te pregunta una dirección puede querer otra cosa bien distinta.
TURISTAS EXTRANJEROS, POTENCIALES VÍCTIMAS:
- El turista europeo: Es el más común. España es el destino turístico favorito de los europeos con Reino Unido, Francia y Alemania a la cabeza. También Rusia, ejemplo, exta cada vez más turistas a España y, tanto, los hábitos del turista europeo varían un poco según su país de origen. Todos ellos, sin embargo, llevan cosas que les identifican como turistas. Una mochila, cámara de fotos, mapa en las manos… Y suelen mostrar un rostro distraído y una forma de caminar relajada. Muchos viajan en grupo, como otros turistas, lo cual atrae a los carteristas. Además, los que viajan para ver partidos de fútbol consumen alcohol y frecuentan aglomeraciones lo cual es otro factor de riesgo. Lo que reduce un poco su vulnerabilidad es su conociento del fenómeno del carterismo, problemática muy silar en sus países de origen. Por tanto, no son los más vulnerables aunque están dentro del grupo de riesgo.
- El turista asiático: Los japoneses, como es sabido, poseen un alto poder adquisitivo y se decantan el destino cultural, sobre todo las grandes ciudades. Es fácilmente reconocible sus rasgos físicos. Su gusto la tecnología supone que, además de la cartera, poseen cámaras fotográficas y móviles de últa generación. Por otro lado, el 90% de ellos sólo habla japonés, tienen un tiempo muy litado de vacaciones y, su cultura, evitan quejarse, lo que no suelen denunciar. Los chinos suponen ya el noveno país estador de turistas a España, con más de 100.000 cada año. También es muy urbano y están considerados como uno de los más consumistas. También utilizan cámaras caras y se quedan períodos cortos de tiempo lo que preparan sus viajes concienzudamente. Van siempre en grupo y son muy prudentes.
- El turista norteamericano: La edad media del turista americano que visita España es de 43 años con un ingreso familiar en torno a los 150.000€. Barcelona y Madrid son los destinos más visitados ellos. Es un turista que consume, que utiliza taxis, que va de compras, que visita tiendas y que come en restaurantes. Todos lugares o momentos de riesgo. También permanecen poco tiempo y son fácilmente identificables que suelen llevar ropa amplia y cómoda, casi siempre detiva, gorra y mochila. Es significativo el hecho de que en la web del Departamento de Estado de EEUU se advierta de que uno de los principales riesgos a los que se está expuesto cuando se visita nuestro país son los carteristas. A pesar de ello, la Administración estadounidense también recuerda que más de un millón de visitantes cada año no tiene ningún problema y anan a visitar España.
- El turista árabe: El turismo árabe procede de los ricos países del Golfo Pérsico y tiene cada vez más fuerza en España. Su destino preferido es Cataluña, seguido de la Comunidad de Madrid y Andalucía. Es un turismo de negocios, de salud, cultural y de compras. Su tancia para el sector turístico radica no en el volumen de turistas sino en su alto poder adquisitivo y, curiosamente, uno de los mayores polos de atracción es el fútbol. El árabe viene a España a ver un partido del Real Madrid o del Barcelona. Los árabes quieren buenos hoteles, lujo y comodidad, lo que es complicado encontrarlos en aglomeraciones. Viajan en familia y prefieren ir su cuenta. No frecuentan el transte público, salvo el aeropuerto, y se les distingue claramente su apariencia, casi todos visten túnicas, blancas para ellos y negras para ellas, y un velo sobre la cabeza. Esta indumentaria, su poco gusto las aglomeraciones y el hecho de no coger el metro, ejemplo, les hace menos vulnerables al carterismo en la vía pública. Donde sí son víctas es en los hoteles, ya que los carteristas saben del poder adquisitivo del turista árabe y, tanto, los descuideros son sus perores enemigos en este sentido.
IMPACTO EN LA ECONOMÍA DEL PAÍS
Además de la persona que sufre el robo, el fenómeno del conlleva otras víctas indirectas que se ven afectadas este problema. En prer lugar, el pequeño comercio situado en las zonas afectadas este problema. Éstos ven menguar la visita de clientes cuando en sus alrededores merodean carteristas o incluso cuando les roban dentro de sus establecientos. La segunda vícta colateral es la industria turística en general de esa zona, de esa ciudad o de ese país. El turista que ha vivido una experiencia desagradable la traslada a sus allegados de regreso en su país y esa publicidad negativa es muy difícil de contrarrestar. Y la tercera vícta indirecta es la economía de todo el país en su conjunto. Y no sólo que, como sucede en España, el sector turístico sea de vital tancia y afecte al resto de sectores sino que, además, este tipo de delitos reiterados supone un alto coste para el sistema judicial y la necesidad de destinar recursos policiales a combatirlo.
CONSEJOS Y RECOMENDACIONES
A continuación proponemos algunos consejos, los más tantes para evitar ser vícta de un carterista este verano, en España o en el extranjero:
- Estate atento a lo que ocurre a tu alrededor, no te muestres despistado o deambulando. A pesar de estar disfrutando de un momento de relajación, no distraigas tu atención.
- No lleves la cartera en el bolsillo de atrás del pantalón ni el bolso o mochila mal cerrados o a la espalda.
- Al sacar tu cámara, el móvil o la cartera de la mochila o el bolso, vuelve a cerrarlo mientras usas el dispositivo.
- En una aglomeración o una cola para entrar en algún museo o atracción, vigila especialmente, y en un choque accidental con otro, confirma que lleves todos tus objetos personales.
- En la playa, no dejes tus pertenencias en la arena sola mientras vas a darte un baño ni te duermas.
- En un bar, terraza o restaurante, no dejes nada en el respaldo de la silla, sobre la mesa o la mochila en el suelo.
- Por la noche, evita que de marcha se te acerque demasiado un desconocido y pon especial cuidado al salir del bar.
- Durante los traslados, en las estaciones y en la recepción del hotel, no le quites ojo a tus pertenencias en ningún momento.
- Al coger un taxi, que sea uno oficial, con el conductor autorizado y debidamente identificado.
Y si aun así eres vícta de un carterista…
Ni te pongas nervioso, ni pierdas la calma, ni les persigas, ni te enfrentes a ellos.
Bloquea inmediatamente las tarjetas bancarias y/o el teléfono móvil.
Cambia las contraseñas de todos los servicios que usas en el móvil (banca móvil, Facebook, etc.).
Denuncia en la comisaría de policía lo antes posible.
Acude o llama a tu banco o tu operadora de telefonía móvil e infórmales de lo sucedido.
Denúncialo en las redes sociales y cuenta cómo y dónde ha sucedido al resto de la población.
No dejes que te amargue la existencia. Son sólo cosas materiales. Aprende del error y enseña a los demás.