TOLEDO Vivos un nuevo escenario en el que convergen fármacos biológicos, genéricos y biosilares. En este marco subyace un punto: ‘Junto al precio, toda nuestra normativa está basada en los fármacos tradicionales. Es decir, en un marco de situación económica complicada, estamos aplicando las reglas desarrolladas de un tipo de fármacos para otro tipo de fármacos más complejos’. Así lo ha explicado Juan V. Esplugues, catedrático de Farmacología de la Universidad de Valencia.
Al igual que los copos de nieve y las huellas digitales, no hay dos moléculas biológicas que sean iguales hasta el últo átomo. De hecho, ‘que seamos hombres o mujeres depende de un detalle tan ínfo como es que en uno de los cromosomas haya una patita más o una patita menos’. Por ello, es posible que medicamentos biosilares copien exactamente el ingrediente activo de un medicamento biológico. Es uno de los argumentos que ha puesto sobre la mesa Juan V. Esplugues durante el IV BioEncuentro con Medios, organizado ASEBIO en el Palacio de Congreso de Toledo.
El profesor de la Facultad de Medicina de Valencia defiende que ‘pequeñas variaciones, con los mismos ingredientes, generan cambios distintos’. Para generar una comprensión más aguda de la magnitud de los fármacos biológicos ha comparado los átomos de una aspirina (21 átomos) con los de una insulina de bajo peso (800 átomos) y con los de un anticuerpo monoclonal (170 millones de átomos). ‘Niveles de complejidad de la química de proteínas de las moléculas biológicas que requieren juicios diferentes y donde regla de los genéricos no vale’, insiste.
Sobre esta química de proteínas subraya que es nueva ‘y está aquí para quedarse’. Sin embargo, matiza que ‘hay que intentar comprender lo que esos cambios plican, familiarizarnos con ellas, etc’. Y llama a considerar que, en este cambio de situación, ‘el punto que subyace junto al precio es que toda nuestra normativa está basada en los fármacos tradicionales’.
‘Ya no moros de las mismas causas que antes. No moros de neumonía, ni de diarrea, ni de tuberculosis. Ya no queremos tratar problemas que condicionan la muerte, queremos tratar problemas de patologías crónicas para llevar una vida plena normal. Hemos pasado a morir de cáncer, patologías cardiovasculares… y enca queremos morir teniendo una buena calidad de vida’, concluye.
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