La semana pasada conocíamos la situación financiera de EFE después de la comparecencia de José Antonio Vera. El Presidente de la agencia de noticias pública reconocía que este curso se perderían 6,3 millones de euros, que se suman a un desequilibrio de diez millones en 2012. En total y desde 2009 la empresa acumula pérdidas de 25 millones de euros en medio del traslado de sede y de un ERTE que lleva el segundo año de ejecución.
Los números son complejos. Vera reconocía pérdidas de 6,3 millones de este año, lo que significa que se encadenarían cinco años consecutivos con desequilibrios. Los datos depositados en el Registro Mercantil indican que en 2009 ya se perdieron 1,56 millones; 2,27 millones en 2010; 4,84 millones en 2011 y diez millones estados en 2012 como reconocía el propio Alejandro Vera nada más hacerse cargo de la agencia en sustitución de Álex Grijelmo. En total, 24,97 millones de euros acumulados en cinco años.
Esta pésa situación financiera se explica dos motivos: el prero es la lógica pérdida de clientes que se han dado de baja del servicio sus propios ahorros de costes ante la crisis económica. Y la segunda es la paulatina reducción del contrato que el Estado tiene con EFE. En efecto, el Gobierno ha recortado el montante de este contrato progresivamente, un acuerdo que es la principal fuente de ingresos de la agencia.
Estas pérdidas se producen además en medio del traslado de la agencia a nuevas instalaciones en la Avenida de Burgos, en Madrid, cuyo alquiler costará 2,5 millones, medio millón más caro que las actuales instalaciones de Calle Espronceda. También la agencia vive in ERTE segundo año consecutivo, la medida estrella de la actual administración para reducir los costes operativos.
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