José Antonio Abellán ha resucitado viejos fantasmas. La AIMC no ha entrado al trapo, pero lo cierto es que las acusaciones de que la COPE ‘compró’ el EGM de 1998 e influyó en otro, es un verdadero misil en la línea de flotación de un medidor constantemente cuestionado, pero que en los últos dos años había alcanzado una relativa estabilidad. Y es que existe temor de que estas acusaciones sean el comienzo de una avalancha de cuestionamientos públicos y privados al medidor. Y todo a dos semanas de la presentación de la últa oleada del año donde se pueden decidir muchas cosas.
El EGM está enrarecido tras las acusaciones de Abellán. El comunicador reveló hace una semana en su blog que un directivo de la COPE le había confesado hace unos años que ‘el EGM una vez lo compré (1998) y otra lo negocié (2003)’. Declaraciones que no han sido contestadas la representación oficial de la AIMC, pero que sin lugar a dudas hacen daño a dos semanas de la presentación de los últos resultados del año, resultados que además definirán muchas planificaciones publicitarias de cara a 2014.
Y es que Abellán ha venido a terminar con el aparente armisticio en torno al cuestionado medidor y al pacto tácito de las cadenas de no criticarle en público. De esta manera, se abre la veda a unas críticas que podrían intensificarse de cara al últo resultado del año (que se publicará el 28 de noviembre) y en especial después de conocer sus resultados, claves para definir los presupuestos publicitarios de las empresas que todavía invierten en el sote.
Incluso en privado, altos directivos de las principales emisoras reconocen que las acusaciones de Abellán pueden traer ‘consecuencias’ y que pueden complicar el aparentemente tranquilo ambiente del EGM. De momento, no anuncian críticas, pero el ‘melón’ podrían abrirse en diciembre con los nuevos resultados en la mano. En la AIMC lo saben y eso están atentos a nuevas revelaciones de Abellán. Como todo el sector.
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