Estoy complemente seguro de que a José María Gil Tamayo, el nuevo secretario general de la Conferencia Episcopal y potencial tavoz, le habrán salido ya un montón de seguidores, íntos amigos, amigos sin más y conocidos, en estas últas horas desde que se anunció su elección parte de una abrumadora mayoría de obispos.
Votaron a su favor 48 prelados; 17 lo hicieron Ginés Beltrán, el obispo de Guadix y 12 apoyaron a César Franco, obispo auxiliar de Madrid y, sobre todo, el candidato de Rouco, que ha recibido un tremendo bofetón, no decir oblea, de sus colegas. Soplan vientos de cambio entre los jefes de la iglesia en España y, para comenzar, ahí están los resultados de este prer proceso electoral. El segundo llegará en marzo, cuando se tengan que renovar la presidencia de la Conferencia Episcopal y el resto de los puestos directivos, tanto en el Comité Ejecutivo como en la Comisión Permanente, salvo el de secretario general.
Gil Tamayo es un especialista en Comunicación. Además de sacerdote es licenciado en Ciencias de la Información. Fue secretario general de la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación Social durante muchos años, puesto que tuvo que abandonar después de sufrir una persecución, casi como la de los preros cristianos, parte de Rouco y su gente. Está presente en las redes sociales y fue uno de los tres tavoces del Vaticano durante la elección del Papa Francisco. Ósea que el mundo de la Comunicación no le resulta ajeno, sino todo lo contrario. Es consejero de la Cadena Cope y también participó en la creación de emisoras que luego formaron Popular Televisión. Teniendo esas cualidades, parece lógico que, además de ser el secretario general de la Conferencia, se ocupe también de la tavocía de la misma.
En la COPE su elección ha caído como un bombazo. Aunque mantienen las apariencias, su sintonía con Fernando Génez Barriocanal, el todopoderoso presidente de la Cadena, es la justa. La gran ventaja de Gil Tamayo es que conoce perfectamente cómo se las gasta Barriocanal. Además, ahora va a ser su jefe partida doble, ya que este últo es vicesecretario general para Asuntos Económicos y depende del secretario general; otro lado, el presidente de Cope también tiene dependencia del secretario. Barriocanal deberá andarse con mucho más cuidado a partir de este momento, aunque es de suponer que ya habrá puesto unas cuantas velas, incluso algunos cirios, al nuevo patrón. También son crudos los nuevos tiempos para José Luis Restán, el todopoderoso director de Contenidos de la COPE, que ha tenido sus más y sus menos con Gil Tamayo. Vamos, que no son santos de su devoción mutuamente.
Caso diferente es el de 13 TV. Está ver lo que quiere, y le dejan, hacer. De momento tiene tres frentes abiertos: lograr del Gobierno la concesión de una licencia propia, algo que depende de Soraya Sáenz de Santamaría; seguir poniendo dinero todos los meses con cargo a las arcas de la Conferencia Episcopal para mantener abierto el canal y, últo, definir la línea ideológica del mismo, ya que no creo que el nuevo secretario general del Episcopado esté muy de acuerdo con la actual, sobre todo viendo los aires de cambio, relativo eso sí, que soplan entre los mandamases de la Iglesia en España.
Tareas no le van a faltar a Gil Tamayo. Y entre ellas no será la más pequeña ocuparse de los ‘giltamayistas’, que, como Buruaga, están surgiendo doquier en las últas horas, arrándose al sol que más calienta, pero prestos a clavar la espalda el puñal si no consiguen sus objetivos. Sin embargo, de momento, toca quedarse con lo positivo: Rouco ya manda mucho menos que ‘sus’ obispos le han puesto en su sitio y hay un experto en comunicación social al frente del aparato de la Conferencia Episcopal.
Sixto JIMENEZ (El Breve)
Seguiremos Informando…