Erratas, interpretaciones dispares de un mismo dato, supuestas manipulaciones … Las Redes Sociales se han convertido en un azote para los medios de comunicación, que día a día están en el punto de mira de miles de personas no sólo dispuestas a recibir información, sino también a juzgarla y compartir sus opiniones con otros usuarios.
Antes de que terminara el año y con motivo de unas jornadas de Social Media ROI, el responsable de participación y redes de ‘20 minutos’, José María Martín, apuntaba que los medios están acostumbrados a ‘recibir palos’ en Twitter o Facebook, una afirmación que seguro que comparten muchos de los social media strategist del sector.
Las tadas de las principales cabeceras, que hace años eran el tema de conversación recurrente de la hora del café en la oficina, son el centro de todos los ‘tuits’ desde prerísa hora de la mañana y más aún cuando contienen altas dosis de Photoshop como le ha sucedido esta semana al diario ‘ABC’.
Su reinterpretación de la abogada de ETA ha sido uno de los aspectos más comentados en Twitter en los últos días junto con el rejuveneciento del Rey en la revista ‘Hola’ que tampoco ha dejado indiferente a nadie.
Pero no sólo de retoques habla Twitter, las correcciones a errores gramaticales y ortográficos suelen estar presentes en el día a día de los community managers de los medios, así como las acusaciones de manipulación o el cuestionamiento de la veracidad de las informaciones, todo ello sin olvidarse de las críticas a ciertos titulares o contenidos.
Alguien debería recordarle a @elmundoes que cárcel lleva TILDE, visto en titular… cc/ @0RTOGRAFIA @pedroj_ramirez http://t.co/FreRfavEok
— Testdeactualidad.com (@test_actualidad) diciembre 22, 2013
#Periodismo ¿Alguien puede explicarme el titular de este artículo publicado en @el_pais? http://t.co/YmPKwbU5VB
— Sergio C. Magán (@bifeis) enero 7, 2014
‘Las Redes Sociales permiten a los medios de comunicación conocer más a los lectores y mejorar la calidad de los contenidos con correcciones o críticas’, afirmó Martín durante su ponencia pero, ¿existe el límite entre la crítica constructiva y el ataque gratuito?
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