El modelo de prestación farmacéutica vigente en los centros sociosanitarios en muchas comunidades autónomas está obsoleto. ‘Y esto se debe a dos motivos, no es sostenible debido a su alto coste, ni responde a las necesidades de las personas residentes en estos centros’, asegura la doctora María Dolores Martínez, delegada de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) del País Vasco y presidenta de la Sociedad Vasca de Farmacia Hospitalaria que coordina el I Foro Norte de Farmacia Hospitalaria, que se celebra hoy en Vitoria. ‘Sin embargo, con el nuevo modelo de atención farmacéutica en estos centros que se quiere ofertar desde los servicios de Farmacia Hospitalaria se podría reducir la factura farmacéutica de los mismos hasta un 30% anual, contribuyendo así a la sostenibilidad del Sistema Sanitario’, indica.
Farmacéuticos de hospital, gestores sanitarios y médicos intercambian durante esta jornada las experiencias desarrolladas en sus comunidades autónomas desde los servicios de Farmacia Hospitalaria para responder a la realidad de los centros sociosanitarios. Todos coinciden en señalar que la optización de la prestación farmacéutica en estas residencias pasa el cumpliento del Real Decreto Ley 16/2012. En el mismo, se establece la obligatoriedad en todas las CC.AA. de disponer en los centros sociosanitarios con cien o más plazas de un servicio de Farmacia Hospitalaria propio o un depósito de medicamentos dependiente de dicho servicio del hospital de la red pública de referencia.
Un cambio de modelo
Actualmente conviven dos modelos de prestación farmacéutica en los centros sociosanitarios:
Un modelo de prestación dependiente del farmacéutico de hospital, más eficiente y sostenible. El mismo está plantado en Aragón, Baleares, Castilla y León, CastillaLa Mancha, Galicia, Murcia, Navarra, Valencia y La Rioja.
En las demás comunidades autónomas la prestación se lleva a cabo parte de las oficinas de farmacia mediante receta médica, pero el farmacéutico no está integrado como un profesional más en el equipo multidisciplinar.
En el prer caso existen varias experiencias, Por ejemplo, Aragón, La Rioja y Galicia han establecido depósitos de medicamentos dependientes de los servicios de Farmacia de los hospitales públicos de referencia. De esta forma, los farmacéuticos de hospital se desplazan a los centros y forman así parte del equipo multidisciplinar. Otras comunidades, como la de Navarra, han optado establecer un servicio de Farmacia propio en los centros sociosanitarios, pero bajo la dirección y responsabilidad de farmacéuticos especialistas en farmacia hospitalaria. ‘En ambos, además de adaptarse a la normativa legal vigente, el objetivo y los resultados son silares mejorándose los resultados económicos y asistenciales’, advierte la doctora Martínez. ‘De esta manera, no sólo se mejora la gestión de los medicamentos, sino que se prociona atención farmacéutica más acorde a las necesidades de los residentes y se mejora la formación de los profesionales médicos y de enfermería del centro en el uso racional del medicamento’, aclara esta experta.
Misma labor distinto escenario
Las personas residentes en los centros sociosanitarios son pacientes crónicos de características complejas, heterogéneas y cambiantes, lo que hace necesario desarrollar una atención basada en equipos multidisciplinares (médico, enfermera, farmacéutico, rehabilitador, nutricionista, psicólogo, etc.). ‘Hay que ser conscientes de que las personas residentes en estos centros no están aquí de forma temal. Y si bien en los hospitales la acción médica se centra en curar, en estos centros también hay que cuidar al enfermo, es decir, controlar la enfermedad, sus complicaciones y secuelas’, concreta la doctora Martínez.
En principio, aunque las funciones a desarrollar el farmacéutico de hospital en estos centros serían las mismas que en el hospital esta experta matiza que, ‘hay que tener en cuenta que el paciente que nos encontramos, mayor de 65 años, tiene más riesgo de eventos adversos relacionados con el elevado número de medicamentos que consumen. Asismo, la propia institucionalización del paciente constituye también un tante factor de riesgo de utilización de fármacos potencialmente inadecuados en pacientes mayores, lo que hay que adaptar algunas funciones del farmacéutico de hospital a este tipo de centros’.
Así, en el ámbito de los centros sociosanitariosse se deben contemplar los siguientes aspectos para una correcta atención tanto farmacéutica como médica a los residentes:
Diagnóstico y tratamiento de las patologías.
Valoración de las actividades básicas de la vida diaria.
Valoración neuropsicológica.
Valoración social.
Valoración de las necesidades emocionales y espirituales.
Valoración de las cargas del cuidador principal.
Intervenciones preventivas de discapacidades y conexión con el resto de recursos asistenciales que garanticen la continuidad de la atención.