El desarrollo de aplicaciones de salud es relativamente nuevo, pues, a diferencia de otros sectores, las restricciones legales las que se rige la industria farmacéutica han complicado que prosperase la apuesta este tipo de herramientas. No obstante, y considerando que dentro de muy poco el móvil será la única pantalla para muchos usuarios digitales, algunas compañías se han volcado en la creación de apps de salud integrando en sus equipos a médicos, farmacéuticos y personal sanitario.
Creativos, directores de arte y diseñadores. A nivel tecnológico, estos son los roles de las personas que atan su granito de arena para la creación de una app. Pero cuando se trata de una app de salud, ‘no son lo más tante’. Al menos así lo considera Iciar Zafra, directora general de Saatchi & Saatchi Health (SSH), una empresa que lleva 40 años generando soluciones y estrategias de comunicación integral en el sector farmacéutico, la nutrición y el bienestar, y que se lanzó al desarrollo de apps de salud hace 4 años.
Iciar Zafra comenta en OndaSaludable que en su equipo tienen especial relevancia médicos y farmacéuticos, unos profesionales que ‘intervienen en el planteamiento de estas apps atando el conociento del contenido, que muchas veces es lo más complicado’. La directora de SSH insiste en que ésta es una de las fortalezas de su agencia y la fórmula para que la app salga al mercado con todas las garantías de rigor y fiabilidad.
Precisamente sobre esto últo se manifiesta Elisabet García, consultora digital de la firma. La experta denuncia la sobreinformación que pera en las ‘stores’ de las apps. ‘La falta de legislación sobre las apps de salud parte de las administraciones sanitarias permite que gente de fuera del mundo de la salud pueda hacer aplicaciones sin ningún tipo de control. Y evidentemente esto conlleva un riesgo’, asegura. Destaca que ‘uno de los grandes problemas llega cuando la app está orientada al cuidado de la salud y no tanto a la información y divulgación de una patología’.
A este respecto, detalla los cuatro mínos que debe cumplir cualquier app: ser usable, disponer de aval científico, estar enfocada a un target, y respetar la privacidad y el control de los datos personales. Elisabet hace hincapié en que, aunque cada vez hay más leyes que protegen los datos de los usuarios, este sigue siendo el punto débil de las apps en general.
El últo de los retos que apuntan las expertas es la certificación, crear un distintivo que permita filtrar las apps fiables y de calidad, pues pese a que ‘los médicos anan a usar apps que les puedan ser útiles a los pacientes, aún lo hacen con la boca pequeña’.
Puedes escuchar la entrevista completa en OndaSaludable:
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