Estudios confirma que el tratamiento con riociguat durante al menos dos años en pacientes con hipertensión pulmonar tromboembólica crónica inoperable (HPTEC) persistente o recurrente tras cirugía, así como en pacientes con hipertensión arterial pulmonar (HAP) confirman el perfil de seguridad.
Los resultados de dos años de los estudios de extensión abiertos CHEST2 y PATENT2 confirman que se mantienen las mejoras en la capacidad de esfuerzo físico y en la clase funcional, según la clasificación de la OMS, observadas en los estudios pivotales de fase III CHEST1 y PATENT1.
La capacidad de esfuerzo físico, medida mediante la prueba de la marcha de los seis minutos, es un indicador de la gravedad de la enfermedad y un predictor de la supervivencia de los pacientes que sufren HP.
El análisis de los datos del estudio CHEST2 mostró que, al cabo de dos años, la capacidad de esfuerzo físico de los pacientes con HPTEC había mejorado con una media de 50 metros respecto a los valores iniciales del estudio CHEST1.
Además, la CF de la OMS había mejorado o se había estabilizado en el 97% de los pacientes con HPTEC. La tasa de supervivencia de los pacientes después de dos años de tratamiento con riociguat fue del 93%.
‘Los resultados a largo plazo de estos estudios son muy alentadores, pues confirman que las mejoras experentadas los pacientes con HPTEC y HAP tratados con riociguat se mantienen a largo plazo’, ha manifestado Pisana Ferrari, de la Asociación Europea de Hipertensión Pulmonar.
‘Para los pacientes esto significa mejoras en su capacidad para caminar mayores distancias, ayudando a una mejor función cardiaca y pulmonar, y mayor facilidad para respirar durante la realización de las tareas cotidianas que, en últo término, apunta hacia un mejor pronóstico y desenlace’, ha añadió Pisana Ferrari.
‘Los resultados positivos de los estudios CHEST2 y PATENT2 se suman a las pruebas cada vez más numerosas de que riociguat constituye un tratamiento eficaz y bien tolerado a largo plazo para dos de los cinco tipos de hipertensión pulmonar existentes, habiendo demostrado desde los preros estudios clínicos unos beneficios significativos y mantenidos para los pacientes’, ha afirmado el investigador principal, Dr. Ardeschir Ghofrani del Hospital Clínico Universitario de Giessen y Marburg y del Centro Kerckhoff para enfermedades Cardiopulmonares en Bad Nauhe (Alemania).
La reacción adversa notificada con más frecuencia fue la sensación de mareo. Otras reacciones adversas incluyeron dispepsia, dolor de cabeza e hipotensión.