A pesar de que la mayoría de los profesionales de la salud reconocen que son cinco los factores que pueden interferir en el uso adecuado de la medicación (el paciente, el fármaco, el momento, la dosis y el modo de administración), el Instituto para el Uso Seguro de los Medicamentos (ISMP) ha identificado 10 claves como los parámetros que más influyen en que se comentan errores o un uso inadecuado de los fármacos. Entre ellos la comunicación inefectiva, la inadecuada educación e información del paciente o la silitud en la agen y nomenclatura de algunos medicamentos.
Michael Cohen escribió en su libro ‘Los errores de medicación’ que a pesar del esfuerzo individual que el profesional realiza para conseguir que el paciente haga un uso responsable y ópto de los medicamentos, existen errores de sistema que pueden echar tierra esos esfuerzos. Entre los ejemplos que Cohen describe se encuentran: la falta de personal, las recetas escritas a mano, dosis con cero a la izquierda o las etiquetas ambiguas que se pueden encontrar en algunos medicamentos. Ahora, expertos del ISMP han elaborado un decálogo con los 10 factores que influyen en la probabilidad de que una persona cometa un error de administración terapéutica.
1. La información del paciente. En este punto confluyen los datos sobre edad, peso, alergías, diagnósticos y estado de embarazo.
2. Medicamentos y la información disponible de estos.
3. Comunicación. Es clave el trabajo en equipo, es decir, la colaboración entre todos los miembros del sistema sanitario y el paciente.
4. Etiquetado. Los envases y la nomenclatura de los medicamente pueden llevar a confusiones. En el mercado existen medicamentos con nombres muy parecidos y con envases casi idénticos.
5. Estandarización, almacenamiento y distribución de medicamentos restricciones de acceso.
6. Adquisición del dispositivo de administración de la medicación, el uso y la supervisión.
7. Factores ambientales (mala iluminación, espacios de trabajo desordenados, ruido, interrupciones, la actividad sin parar, y la dotación de personal deficiente).
8. La competencia personal y profesional de los sanitarios.
9. La educación del paciente.
10. Los procesos de calidad y gestión de riesgos: los diferentes sistemas de salud son necesarios para identificar, informar, analizar y reducir el riesgo de errores de medicación.
Los expertos hacen hincapié en que hay que desterrar la reacción de culpar a los individuos cuando se produce un error. Muy al contrario, en lugar de identificar responsabilidades individuales, insisten en que un adecuado enfoque de los sistemas de salud consistiría en mirar todo como un conjunto. Por lo tanto, con un mejor enfoque en los sistemas de salud, la rendición de cuentas individual se amplía para incluir a cualquiera que pueda llegar a tener alguna influencia sobre el error cometido, preparando posibles escenarios futuros para así encontrar soluciones más amplias.
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